Rachel Brown hace tiempo que nos demostró como es capaz de expresar de una forma sencilla todas las situaciones de tintes trágicos que suceden ante nuestros ojos todos los días y pasan totalmente desapercibidas. Su habilidad para encontrar palabras que reflejen los momentos de tedio frente al ordenador, la sensación de cómo la vida nos pasa por encima una y otra vez o la impotencia que sentimos cuando es imposible comunicarnos con los demás como queremos es una constante a lo largo de sus trabajos, atinando aún más de lleno en este nuevo Rachel Jr. Partiendo de nuevo de esa forma que tiene de lograr canciones apegadas al espíritu Lo-Fi más reconfortante, se saca de la manga uno de los trabajos más representativos de su carrera, todo ello en base a reunir un conjunto de canciones donde hay un gran espacio para divagar entre episodios relevantes de su vida.
Estructurando el disco a modo de anécdotas que a la postre resultan mucho más trascendentales de lo que en un primer momento se podría intuir, Rachel logra entrelazarlas con lo necesario que resulta poder realizar un ejercicio de vulnerabilidad y exploración de los motivos que nos conducen hacia el desánimo. De esta manera es como nos llegan canciones tan impecables como una ‘Nosense Highway’ donde lo pintoresco del paisaje de una ruta por carretera se acaba entremezclando con anhelos por cambiar de vida. Es precisamente ese juego constante entre las estampas aparentemente inofensivas y el significado tan determinante que subyace en ellas lo que convierte estas canciones en auténticas joyas analíticas sobre lo importante que es pararse a pensar en qué es todo lo que está ocurriendo a nuestro alrededor.
Sin descuidar en ningún momento una estética sonora minimalista, acertando lleno en todo lo que implica que el tono casi acústico sirva para aportar alivio, podemos comprobar como la sobriedad de elementos empleados resulta clave para que lo sugestivo de estas canciones pueda calar lo más hondo. Así es como temas del estilo a ‘Singular’ logran su cometido de conducirnos hacia todo lo que implicar darnos cuenta de realidades un tanto crueles a nivel personal, ejemplificadas en frases tan certeras como “Just another morning all wrapped up in someone else when all I really wanted was to find me in myself”. Con esta lírica tan directa y moldeada bajo el completo acierto en el plano melódico, el disco alterna entre los momentos de caída libre y aquellos otros donde un cierto apartado inquietante sale a relucir a un primer plano, siendo este el caso de ‘My Name’ y sus preguntas puntiagudas lanzadas al aire. Todo ello vuelve a conformar otra referencia confesional y sin complejos con la que Rachel aborda de forma decidida buena parte tanto de sus problemas como de los nuestros.


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