Tras dos álbumes previos donde exploraban un indie rock con tintes garageros, la banda Melenas sorprende gratamente en su nuevo trabajo discográfico Ahora con un giro hacia el synth pop, que les sienta de maravilla. Grabado entre Pamplona y El Puerto de Santa María, este disco supone un paso adelante en la consolidación del cuarteto como una de las propuestas nacionales más interesantes del panorama actual.

Ya desde la propia portada, vemos a las integrantes con una estética ochentera que anticipa el sonido que encontraremos. La incorporación de sintetizadores vintage como el Korg Delta o el Yamaha PSR-36 es la principal novedad que escuchamos en Ahora. Pero a pesar de dejar atrás las guitarras, el grupo mantiene la esencia fresca y enérgica de sus trabajos previos. Temas como 'K2' o 'Bang' demuestran que se puede hacer un pop-rock encantador con estas nuevas texturas electrónicas.

La percusión programada y las líneas de bajo elásticas proporcionan el pulso bailable a cortes como '1986', que podría ser un clásico jangle pop. También existen composiciones de ritmos más lentos y ensoñadores como 'Dos pasajeros', donde el grupo despliega bellas armonías vocales. Y en temas como 'Flor de la frontera' incorporan sintetizadores más sombríos y ambientales, explorando nuevos matices.

En cuanto a las letras, encontramos temas que hablan de vivir el presente, de lazos que trascienden en el tiempo o de rebeldía y inconformismo ante lo establecido. Por ejemplo, en '1986' reflejan ese espíritu indomable de la juventud, mientras que 'Dos pasajeros' habla de un vínculo que permanece más allá del espacio, con hermosas imágenes de un viaje cósmico compartido.

Otra de las composiciones destacadas es 'Bang', donde el estribillo "Bang bang bang" evoca disparos que resuenan pero que no alcanzan a dañar, utilizando inteligentemente la repetición. También sobresale 'Mal', con su crítica mordaz hacia ciertos aspectos del trabajo asalariado y su llamado a buscar alternativas.

Gracias a Ahora, Melenas logran una fascinante reinvención de su sonido sin traicionar su esencia, gracias a la incorporación de sintetizadores analógicos. Las cuidadas melodías y arreglos demuestran la química que existe entre Oihana, Leire, María y Laura. Con un pie en la tradición del pop español de los 80 y la mirada puesta en el futuro, este disco supone la confirmación de una de las bandas nacionales con mayor proyección internacional. Además, nos regalan uno de los mejores trabajos de pop electrónico surgido de nuestro país en los últimos años.