Protomartyr vuelven a la carga con un trabajo que destila realismo en cada uno de sus trazos, potenciando su fórmula post-punk muy adherida a su vertiente menos concesiva, donde la desgana vocal logra transmitir al máximo toda la materia social encerrada en sus letras. A lo largo de sus anteriores referencias había quedado bastante claro que los de Detroit no son una banda al uso. Desde la disposición apática y desgarbada de sus miembros hasta la forma de romper cualquier tipo de dinámica encerrada en sus temas. Unas características que quizás solo las podamos encontrar de una forma cercana a The Fall, solo que en el caso de Protomartyr su vocalista Joe Casey se ciñe a su papel sin salirse de los dictados encerrados en sus temas. A partir de esta imagen que desprenden, podemos entender a la perfección como tratan sus temas de una forma atormentada, sin mantener la ilusión por nada sino más bien restándola de las acciones planteadas en sus canciones. En este Relatives in Descent se vuelve a mantener el mismo sabor amargo en toda su duración. No hay nada de alivio para los personajes planteados, encontrándose totalmente delimitados por su condición social. Desde los primeros compases de ‘A Private Understanding’ nos encontraremos como el tono descriptivo se encuentra encaminado en todo momento hacia la perdición, sin pasar por alto lo moldeable de la sociedad en referencia a Trump.
A lo largo del trabajo podremos comprobar como la movilidad de las guitarras se encuentra limitada a los habituales cambios de intensidad a los que acostumbran, seguramente quitándose los corsés en un mayor número de ocasiones que en anteriores ocasiones. Si en sus primeras referencias la tosquedad de las distorsiones se mantenía en un fondo bien encubierto, en esta ocasión deciden alternar entre guitarras un tanto ahogadas que muestran sus punteos en un primer plano junto con alternativas mucho más feroces como los muros de sonido arrojados hasta el umbral auditivo. Buen ejemplo de esto segundo se puede encontrar en una ‘Up the Tower’ que se erige como una de las canciones más duras de su carrera, subiendo todo tipo de presión y matando todo tipo de sueños a base de una ironía de estampas realmente crueles. El recurso de no poner ninguna venda delante de las escenas que inspiran sus canciones es algo que explotan más que nunca, encontrándonos con frases como “Vomit and rage spewing forth in the drive-thru” soltadas en mitad de la rutilante ristra de guitarras que acompaña a ‘My Children’.
Más momentos de lo más interesantes llegan en ese momento en el que deciden no poner medida a todo lo siniestro encerrado en sus estampas, encontrándonos en ‘Here is the Thing’ su mejor muestra. De nuevo un mundo tranquilo se va tornando de lo más marchito e inhóspito, incidiendo una vez más en la idea de futuro incierto y difuso. Algo similar ocurre en la indómita ‘Male Plague’, adhiriéndose a unos dictados más encauzados por el punk más nervioso con golpes tan secantes como “Everybody knows it's gonna kill you some day”. Seguramente esta temática de cataclismo es que más continuidad tiene a lo largo del trabajo, apuntando más que nunca en una dirección global caótica que se sale de los pensamientos de desidia personalista que rondaban más de lleno sus anteriores referencias. Esto no quiera decir que en este trabajo en la cabeza no ronden pensamientos de lo más personalistas, ya que sin ir más lejos ‘Night-Blooming Cereus’ asoma hacia un abismo interior de lo más peliagudo. Lo que está claro es que sea cual sea la vertiente mostrada, la agonía siempre va a quedar recogida a la perfección en sus estrofas.


Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.