La formación asentada en Madrid ya cuenta con un LP debut que cumple de sobra con las expectativas generadas a lo que se esperaba de ello, logrando un conjunto de canciones representativo de su forma de analizar las emociones que suscita todo aquello que surge en el plano sentimental. Siendo una banda que a lo largo de estos años se ha mostrado muy certera a la hora de capturar lo abrumador de la realidad y como hay que sabe convivir con sus partes más duras, la banda liderada por Marco Frías nos deja ante un cúmulo de historias que aspiran a ser universales, tratando al mismo tiempo de salvaguardar su parte más personal a base de ingenio y detalles ocurrentes.
De este modo, estamos ante un disco donde el amor vuelve a estar en el centro de los focos, afrontando las narrativas mostradas de una forma muy decidida a la hora de ser conscientes de cómo todo lo bueno o malo que sentimos cuando estamos bajo sus efectos no es algo que solo nos ocurra a nosotros. Este apartado de consciencia es el que guía buena parte de los temas, no dejando pasar tampoco la oportunidad de despegar los pies del suelo y volverlo a vivir todo como la primera vez. Por ello, estamos ante un disco donde los tópicos amorosos resultan desdibujados, todo ello mediante la difícil tarea de expresarlo todo de la forma más ligera posible y sin ningún tipo de malentendido.
Siendo conscientes de la evolución mostrada por el grupo en el plano artístico a lo largo de su trayectoria, este trabajo se encuentra asociado a una cara pop bastante frenética por momentos, haciendo que todo el derroche de ganchos adictivos que poseen los estribillos se encuentre bien arropado por arreglos efectivos. De ahí que el grupo nos presente como algo sencillo la tarea de encontrar melodías que se puedan tararear en cualquier momento, haciéndonos sentir como esa búsqueda de canciones pop redondas y aptas para todo el mundo acaba llevándolos muy lejos.
Si escuchamos en profundidad todo lo encerrado en este trabajo, podemos afirmar el enorme acierto que supone meterle una marcha más a los temas, todo ello empujado por mensajes que no tienen que ser alentadores pero que sí son capaces de aliviar todo el caos interno que nos dejan las cicatrices sentimentales. Con mucho de experiencia, ilusión por no caer en la cara resignada del amor y el ser conscientes de lo cada vez más complicado que resulta establecer vínculos afectivos en pleno siglo XXI, canciones como ‘¿Qué Tal?’ sirven como perfecta síntesis del trabajo, todo ello uniendo del cierto tono apesadumbrado que parece acechar en el momento en el que somos conscientes de como ciertas cosas que se pierden nunca volverán.
Más detalles maravillosos que encierra el disco llegan a través de su habilidad a la hora de estructurar las canciones como narrativas completas, donde todo resulta bien secuenciado y al mismo tiempo se arrojan reflexiones que no podemos pasar por alto. La mayoría de los singles del disco cumplen con estas características, dejándonos ante la nostalgia bien medida de ‘Río de Janeiro’ o esa forma de imaginar puertas abiertas en el futuro sin ningún tipo de dramatismo como es el caso de ‘El Muro de Aljucén’. Todo ello al mismo tiempo resulta revestido con la madurez necesaria que nos deja el poder recapitular de una forma honesta sobre todas aquellas aventuras vividas con un mínimo matiz romántico, concluyendo como tampoco está nada mal probar el caramelo que estas ofrecen.
Siendo conscientes como al final el amor que tiene que prevalecer es el amor propio, podemos afirmar que todo lo terapéutico encerrado en el trabajo aflora en pequeñas dosis, diseminadas a lo largo de temas como ‘Aunque Pene’ o ‘Dame un Beso’. Son quizás estos momentos los que evidencian como el camino para llegar a una posición anímica más favorable no ha sido complicado, pero una vez alcanzado no va a ser tampoco difícil abandonarlo. La virtud de hacernos llegar a todo esto es algo que en todo momento se desprende a lo largo del disco, comprobando como El Buen Hijo ayudan a reforzar siempre todas las estampas de nuestra vida donde nos sentimos que vamos hacia arriba en lugar de encontrarnos en caída libre.
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