La banda de Toronto nos entrega su LP debut, intentando no acomodarse en ninguna de sus facetas para lograr un disco con una variedad importante que provoca una escucha completamente dinámica. Si en 2018 nos sorprendieron con su segundo EP Cue, abriendo la puerta a un formato de canciones pop de lo más coloridas y con elementos sintéticos imprevisibles que conectaban de buena forma con el mundo de las guitarras llenas de pedales, en esta ocasión toman estos sonidos como punto de partida para ir ampliando su particular collage.

Así es como a través de All in One, logran unas canciones de núcleo melódico disperso donde todos los arreglos se presentan de una forma bastante heterogénea. Quizás esta característica sea la que marca las distancias en este trabajo, ya que podemos reconocer buenamente todo lo que tiene lugar dentro de la frenética actividad del disco, sin pasarse tampoco de frenada en cuando a los experimentos desarrollados.

Como si se tratase de un viaje por una zona donde el paisaje resulta lo más cambiante posible, el disco nos va dejando con estampas muy variadas. En un primer acercamiento a través de la inicial ‘All in One’ vamos a poder comprobar como el dream pop de corte sereno y luminoso hace acto de presencia, jugando con ritmos a ralentí de una forma que nos recuerda a otras bandas de reciente cuño como Crumb.

Sin embargo poco a poco vamos comprobando como son capaces de irse acercando hacia una concepción más imprevisible de sus temas, explorando una cara más propia de la psicodelia de baja fidelidad como bien nos muestran en ‘Nostalgia for the Present Moment’. A partir de aquí llega el momento de seguir probando cosas nuevas, sumando más y más capas de forma progresiva como bien ocurre en ‘Crushed Velvet’, demostrando como la unión de su parte más orgánica junto con todo lo sintético no resulta para nada abrupta.

Tirando también de momentos folk más desnudos a modo de interludio, ‘Pt. 2’ y ‘True Affections’ parecen anunciarnos que otro giro importante se encuentra a la vuelta de la esquina, algo que confirmamos de lleno ‘Bakers Movers’. Esta pieza llega con el tono más ingenuo de todo el disco, abriendo la puerta a esa senda iniciada por los Moldy Peaches donde en tu cabeza solo aparecen dibujos animados realizando las acciones más cotidianas de tu día a día.  Acostumbrados los vaivenes amortiguados del disco, ‘Obvious Answer’ pone la nota marciana para fundirse en lo más parecido a un despegue un tanto épico hacia la recta final del disco.

De esta forma es como siguen añadiendo más y más elementos ornamentales de estética más ochentera, apareciendo ‘Callous Standard’ como lo más parecido a un musical donde el decorado acaba resultando un poco recargado. Está claro que llegados a este punto no van a renunciar subir su apuesta por lograr algún momento aún más cercano al delirio, quedándose quizás un poco a medias en la ‘Delighted To Be Spoken To’, donde eso sí, echan el resto para hacer sonar todo lo que tienen a mano en el estudio.