Review

Blood Orange - Essex Honey

Blood Orange

2025

8


Por -

Blood Orange regresa con ‘Essex Honey’, un trabajo que se enmarca en la trayectoria de Dev Hynes como compositor, productor y cantante. Después de varios años dedicado a proyectos paralelos, vuelve a publicar bajo este alias con un conjunto de canciones que se gestaron tras la muerte de su madre y que lo conectan de nuevo con Essex, su lugar de origen. Esa doble raíz, personal y geográfica, sostiene un repertorio en el que se cruzan homenajes íntimos, evocaciones de Londres y sonoridades que cambian de rumbo de manera constante.

El inicio con ‘Look at You’ marca desde el principio una sensación de inestabilidad: la canción arranca con sintetizadores suaves y voz contenida, se interrumpe de forma brusca y reaparece convertida en otra cosa, sostenida por guitarras que se tocan despacio, dejando que cada rasgueo se escuche de forma nítida. A continuación, ‘Thinking Clean’ se abre con un piano ligero sobre percusiones de hi-hat, como si preparara un estallido que acaba desmoronándose hasta dar paso a un violonchelo improvisado. Esta estrategia de quiebres inesperados se repite en varias piezas, generando la sensación de que cada corte puede transformarse en cualquier dirección.

La voz de Hynes conduce este recorrido, aunque en muchos pasajes cede espacio a invitades como Lorde, Caroline Polachek o Mustafa. En ‘Mind Loaded’, por ejemplo, se entrelazan frases tomadas de Elliott Smith, “everything means nothing to me”, con armonías y fragmentos instrumentales que aparecen y desaparecen sin aviso. En ‘Vivid Light’, en cambio, Zadie Smith introduce una línea sobre el bloqueo creativo que se suma a un entramado de voces y cuerdas tensas. Aun así, ninguno de estos nombres desplaza el protagonismo central: todas las colaboraciones se integran en un entramado pensado para reforzar el clima general.

Los cambios de ambiente son constantes. ‘The Train (King’s Cross)’ recuerda a un pop de guitarras sencillas que contrasta con ‘Life’, asentada en un ritmo lento, con falsete y guitarras wah-wah. ‘Countryside’ introduce referencias al campo como vía de escape frente a la dureza de la ciudad, con versos como “the broken light”, mientras que ‘The Last of England’ incluye la frase “Ilford is the place that I hold dear”, clara alusión a su infancia en Essex. Estas menciones a lugares concretos funcionan como anclas en medio de una música que rara vez se mantiene estable.

Los instrumentos de cuerda, especialmente el violonchelo, aparecen de manera recurrente como si cerraran capítulos. En varias canciones, al finalizar, se escuchan notas que interrumpen la continuidad, generando la impresión de que la narración nunca se acomoda del todo. Esa sensación de discontinuidad dialoga con la temática del duelo, que en lugar de resolverse se mantiene en tensión permanente. El piano tiene también un papel central, con acordes sostenidos que a menudo se deshacen en reverberaciones largas, acompañando la voz en su tono más vulnerable.

En ‘Westerberg’, Hynes retoma la melodía del tema ‘Alex Chilton’ de The Replacements para situar recuerdos de juventud en contraste con la ausencia actual. Del mismo modo, en ‘The Field’ aparece un fragmento de la pieza ‘Sing to Me’ de The Durutti Column, que se mezcla con percusiones tipo jungle y guitarras limpias, generando uno de los momentos más expansivos del álbum. Estas citas musicales, junto a las interpolaciones de Yo La Tengo o Everything But the Girl, muestran la intención de insertar referencias culturales y personales en un mismo espacio sonoro.

El conjunto transmite una atmósfera asociada al final del verano en Inglaterra: calor suave en los sintetizadores y guitarras limpias que recuerdan a la mañana fría. Esa dualidad climática acompaña la escritura, marcada por imágenes cotidianas y versos directos. En ‘Countryside’, por ejemplo, se pide consuelo en las hojas, mientras que en ‘I Can Go’ se repite la frase del título, con la compañía de Mustafa, en un cierre que sugiere aceptación más que alivio.

Los catorce cortes de ‘Essex Honey’ componen un mapa de transiciones donde la pérdida convive con interrupciones sonoras, memorias juveniles y paisajes urbanos. Hynes utiliza su voz, su piano y una red de colaboraciones para dar forma a un relato que se mueve entre lo íntimo y lo colectivo, entre Essex y Londres, entre la calma y la ruptura. El resultado es un trabajo atravesado por el recuerdo y la transformación, que muestra cómo la música puede ser vehículo para mantener vivo aquello que desapareció.

Conclusión

En ‘Essex Honey’, Blood Orange articula un relato donde conviven homenajes a su madre, referencias a Londres y sonidos que saltan del funk ralentizado al piano melancólico. Dev Hynes compone un trabajo que oscila entre la intimidad y la dispersión sonora.

8

Álbum

Blood Orange - Essex Honey

Artista

Blood Orange

Año

2025

Discográfica

RCA

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.