Las decisiones que se toman en la adolescencia suelen convertirse en un eco persistente, un rumor lejano que se filtra entre los pensamientos a medida que el tiempo avanza. Para Anxious, este eco se ha materializado en 'Bambi', un álbum que, sin renegar de su pasado, se permite imaginar caminos alternativos. Como si el título fuese un nombre extraviado en un cuaderno de apuntes, el disco resuena con la sensación de haber encontrado una identidad distinta sin perder del todo la anterior.

Desde el inicio, con 'Never Said', la banda establece un juego de contrastes: una melancolía latente que de pronto estalla en una tormenta de guitarras. La aparente liviandad de su introducción se deshace en una voz que, lejos de buscar grandilocuencia, enfatiza la frustración de palabras nunca dichas. La transición a 'Bambi's Theme' mantiene esta tensión, con una cadencia que fluctúa entre la dulzura y la desesperación, como si cada estrofa se construyera sobre la duda.

El recorrido del álbum se asemeja a una sucesión de fragmentos de conversaciones inconclusas, de recuerdos difuminados por el paso del tiempo. En 'Counting Sheep', los acordes parecen mecerse entre la vigilia y el sueño, llevando la resignación en su cadencia. 'Head & Spine', en cambio, deja a un lado la nostalgia para adentrarse en una urgencia que se desenvuelve con la misma intensidad que el desconcierto.

Hay momentos en los que Anxious permiten que la vulnerabilidad se asiente sin prisa. 'Audrey Go Again' es uno de ellos, despojándose de cualquier estridencia para revelar una fragilidad casi palpable. La voz adquiere un matiz distinto, como si la resignación de las líneas anteriores diera paso a una aceptación sin resistencia. Lo mismo ocurre en 'Some Girls', donde la melodía cede protagonismo a una lírica que se debate entre el apego y la resignación.

Los lazos que se tensan y deshacen son un motivo recurrente en 'Bambi', tanto en su composición como en su contexto. Canciones como 'Sunder' y 'Tell Me Why' evidencian esta lucha entre el deseo de permanencia y la necesidad de separarse de ciertas ataduras. Cada estribillo parece estar construido sobre la paradoja de querer conservar lo que ya no puede sostenerse. 'Jacy', con su estructura que oscila entre la inercia y la sacudida, encarna esta contradicción con una claridad punzante.

El desenlace del disco, 'I’ll Be Around', parece ofrecer un cierre sin resolución definitiva. En lugar de proponer un desenlace concluyente, la canción se sostiene en la incertidumbre, como un gesto de reconciliación con aquello que no siempre necesita ser resuelto. Las guitarras, difusas pero firmes, se entrelazan con una voz que no promete, pero tampoco se desvanece del todo. Anxious dejan abierta la posibilidad de que, a pesar de todo, alguien siga estando cerca, incluso cuando todo lo demás se haya desvanecido.

Queda claro que este segundo trabajo de los estadounidenses ss una exploración de los espacios entre las palabras, de las pausas en medio del ruido, de los momentos en los que la música parece decir lo que no puede expresarse de otro modo. Anxious no intentan encasillarse en una fórmula, sino que permite que sus composiciones respiren, se desborden y se replieguen cuando es necesario. Si algo queda claro después de escuchar este disco, es que los caminos que no se tomaron también pueden definir lo que somos.