Con su nuevo álbum ‘La Última Casa de Apuestas’, el cantautor murciano Marcelo Criminal entrega su obra más ambiciosa y redonda hasta la fecha. En estas 22 canciones breves, de apenas un minuto de duración, Marcelo despliega todo su talento y su capacidad para transformar lo mundano en extraordinario.

Musicalmente, Marcelo se mantiene fiel a la sobriedad y el minimalismo que caracterizan su sonido. Guitarras delicadas, sintetizadores sutiles y programaciones rítmicas elementales sostienen unas letras que destilan sensibilidad. La voz susurrante, quebrada en ocasiones, potente en otras, dota al disco de una enorme carga emocional.

Temáticamente, transita por sus obsesiones vitales: la incomprensión, la timidez paralizante, la torpeza en las relaciones humanas... Pero también asoma el humor corrosivo, la fantasía desbordante, la imaginación visionaria. Un buen ejemplo es ‘El día que murió Pedro Sánchez’, donde la cotidianidad se ve atravesada por el surrealismo.

Destacan colaboraciones como la de Juana García, que con sus coros aporta calidez a temas como ‘Música relajante para estudiar’. Nacho Vegas también contribuye con su característica voz grave en ‘El día que murió Pedro Sánchez’. Musicalmente, Marcelo se permite ciertas libertades, coqueteando con ritmos bailables y sintetizadores retrofuturistas.

Pero el mayor logro de este disco es la capacidad de Marcelo para diseccionar el alma humana y retratar con lucidez los claroscuros de la existencia. Cuando canta "seré mi propio infierno, porque hay dentro de mí algo que no quiero", sintetiza con cruel honestidad un sentimiento universal. Sus letras concentran como nadie las paradojas de la juventud actual: la frustración y la ilusión, la desesperanza y el anhelo de trascendencia.

Canciones como ‘Nueva sinceridad’, ‘Examen de conciencia’ o ‘Qué hacemos luego’ ya son pequeñas joyas que perdurarán en la memoria de sus seguidores. Y cuando en ‘Los últimos días’ canta ‘aunque el mundo parece que va a acabar, nada acaba nunca’, parece estar enviando un mensaje de esperanza desde el pozo más profundo.

En definitiva, con este álbum Marcelo Criminal da un importante salto creativo, musical y lírico, y se afianza como una de las voces imprescindibles de la escena independiente actual. Sus canciones sintéticas y certeras se clavan en el cerebro del oyente. Y cuando se pone melancólico, tiene la habilidad de llegar al corazón del público. Un disco fascinante y lleno de detalles para descubrir en sucesivas escuchas.