Mitski nos entrega en este álbum un verdadero tour de force creativo de proporciones épicas, en el que transita con gran maestría los meandros más profundos del alma humana. Grabado a lo largo de varios años, este disco conceptual explora con crudeza emocional el tortuoso camino de la introspección y la aceptación de la alienación personal en un mundo normalmente inhóspito.

La artista juega constantemente a distanciarse para luego reencontrarse consigo misma, en un ejercicio catártico que se plasma magistralmente en la gran diversidad de registros vocales e identidades ficticias que asume en las letras como recurso expresivo. Cada una de las composiciones funciona como un capítulo desgarrador de una gran historia existencial inconclusa.

Sobre todo en la desoladora primera mitad del álbum, la cantautora retrata con punzante crudeza emocional ese sentimiento lacerante de profunda culpa y responsabilidad por la propia situación de soledad y vacío interior, tan frecuente en ciertas etapas de crisis profundas. Aunque por momentos varias letras abordan nociones similares sobre ese tópico, lo hacen desde ángulos lo suficientemente distintos como para no resultar reiterativas y sostener el impecable nivel poético.

En términos generales, la pluma de Mitski continúa demostrando un altísimo nivel de evocación metafórica y lirismo cautivador. Sus textos están interpretados con total convicción y desnudez emotiva, plasmando como nadie las tortuosas negociaciones internas de quien transita voluntariamente un peligroso camino de autodestrucción.

La cuidada producción musical está magistralmente reforzada por la inclusión de arreglos vocales y pasajes corales, que lejos de diluir el protagonismo de la voz solista de Mitski, logran envolver al oyente en una experiencia catártica profundamente conmovedora.

El brillante tema 'My Love Mine All Mine' marca un punto de inflexión hacia una narrativa más esperanzadora sobre la fuerza transformadora del amor propio, introduciendo este giro existencial de manera orgánica a través de una letra sublime y una instrumentación cálida y reparadora.

En síntesis, nos encontramos ante una obra bastante sólida, que sintetiza con sensibilidad las más profundas paradojas de la condición humana. Se trata sin dudas del álbum más ambicioso en la ascendente carrera de esta artista, una obra cargada de matices casi contradictorios que invita a redescubrirnos a nosotros mismos a través de la introspección más desgarradora y sincera.

En poco más de 30 minutos de extensión, Mitski logra construir una mirada polifacética sobre aspectos esenciales y universales de la experiencia humana, como la soledad, la melancolía, la esperanza, la resiliencia o las múltiples máscaras del amor propio. Y lo hace desde una zona de expansión creativa que augura lo mejor para el futuro de esta artista que cada vez posee una personalidad más reconocible.