Cine y series

El Juicio del Perro

Laetitia Dosch

2024



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‘El Juicio del Perro’ no busca respuestas inmediatas ni complacencias. Desde su premisa —el enjuiciamiento de un perro por morder a tres mujeres—, plantea preguntas que resuenan más allá de su trama. ¿Qué lugar ocupan los animales en una sociedad que los cataloga como cosas? ¿Qué implica cuestionar un sistema jurídico diseñado para humanos y extenderlo a otras especies? En su ópera prima, Laetitia Dosch no teme sumergirnos en un mundo donde lo absurdo y lo político convergen.

El escenario legal, trasladado a una Suiza que parece tan ordenada como grotesca, se convierte en una metáfora de tensiones contemporáneas. Avril Lucciani, abogada y protagonista interpretada por la misma Dosch, representa tanto la lucha contra lo establecido como sus propias contradicciones. La narrativa logra hacer del juicio un espacio no solo de debate jurídico, sino de exposición emocional, donde los personajes (incluido el perro Cosmos) reflejan las fisuras de nuestras convenciones sociales.

Kodi, el perro que da vida a Cosmos, roba escenas de forma deliberada. Con una presencia que oscila entre lo entrañable y lo desafiante, Kodi encarna una crítica silenciosa al antropocentrismo que subyace en la historia. Cada mirada del animal parece exigirnos revaluar nuestra noción de justicia y humanidad. Este gesto se refuerza con un guion que alterna comedia y momentos de inesperada profundidad ética. No obstante, la película no escapa de cierto caos narrativo: las subtramas, a veces desconectadas, amenazan con diluir el impacto de su mensaje.

La dirección de Dosch, aunque prometedora, no elude imperfecciones. Su estilo busca la espontaneidad y la sátira, pero a menudo se inclina hacia una acumulación de ideas que no siempre se desarrollan con fluidez. Esto no resta mérito al enfoque político de la directora, que entrelaza feminismo, especismo y populismo con notable valentía, aunque en algunos casos el discurso parece más simbólico que sustancial.

Uno de los puntos más potentes de la cinta es su capacidad para humanizar a Cosmos mientras deshumaniza, sutilmente, las estructuras sociales que lo condenan. Esto, unido a las interpretaciones destacadas de François Damiens y Anne Dorval, añade textura a una obra que abraza lo imperfecto como vehículo para cuestionar lo establecido.

Sin caer en moralismos, ‘El Juicio del Perro’ nos obliga a pensar en el límite que define lo humano y lo animal. Es una película que, con sus fallos y aciertos, demuestra que el cine puede ser un espacio para la risa y la reflexión incómoda.

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.

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