Crónica

Rozi Plain

Moby Dick

07/09/2023



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Rozi Plain llegaba a nuestro país dentro de una de esas giras que caen como agua de mayo. Siendo conscientes de cómo cada vez tenemos que valorar más tener a artistas capaces de levantar a salas de mediano aforo, tal y como están las cosas, las expectativas en cuanto a todo lo que nos podía ofrecer el directo de la británica eran de lo más altas. No es para menos juzgando una forma de hacer canciones que huye de convencionalismos y que siempre lo deja todo a la experimentación atmosférica bien aplicada a su intuición. Presentándose en formato cuarteto, transmitió a la perfección esa esencia díscola en cuanto a la estructura de sus temas, pero cálida y cautivadora en el ensamblado de todas las piezas, a priori dispares, que pueblan sus canciones. También el hecho de contar con una sala que siempre tiene un sonido tan bueno como es la Moby Dick, propició que pudiésemos apreciar al máximo todos esos pequeños detalles que hacen que su propuesta sea redonda.

Desde los primeros compases del directo, intuimos cómo la velada iba a estar marcada por el factor sorpresa en lo relativo a los pequeños leitmotivs melódicos que nos íbamos a encontrar. Empezando con ‘Blink’, precisamente la última canción que cierra su más reciente disco Prize, comenzó con esa muestra precisa de cómo sus teclados podían desencadenar pequeñas repeticiones de carácter rítmico con las que reforzar el núcleo de los temas. Logrando que en todo momento las atmósferas de sus composiciones pudiesen tener múltiples matices, no tardamos en meternos de lleno en una propuesta donde, ante todo, siempre destaca ese carácter de intensidad comedida que deja paso al poder de integración de las guitarras y el carácter sintético de su música. Sin apenas darnos cuenta, resulta increíble cómo elementos ejecutados de forma tan dispar acaban armonizando a la perfección para ofrecernos una experiencia de lo más completa.

Dejando más de lado el semblante serio de los primeros minutos de directo, llegó el momento de sacar a relucir la juguetona línea de bajo de ‘Complicated’. Con una sonrisa siempre en la boca y esas miradas de complicidad con sus músicos, Rozi nos hizo ver cómo sus canciones siempre buscan ofrecer detalles y pinceladas, más que adentrarse en una descripción pormenorizada de todo lo que ocurre a nuestro alrededor. Esto también es un fiel reflejo de su música, dejando ante todo que la imaginación del oyente pueda completar esos momentos donde un conjunto de notas cíclicas logra conservar la tensión de los temas. Sin hacerse de rogar en cuanto al momento en el que soltaría la canción con mayor alma de single que atesora, ‘Agreeing For Two’ llegó ejecutada más despojada que en su versión de estudio de todo el aparataje sintético, ejemplificando de nuevo cómo los cimientos de sus composiciones resultan más que sólidos.

Ofreciéndonos un montón de recursos fascinantes en cuanto a cambios de ritmo, momentos de punteos hipnóticos y esa sensación permanente de cómo el directo estaba tomando un carácter introspectivo realmente cautivador, llamó la atención esa perfecta adaptación al directo de ‘Standing Up’, cambiando la melodía de piano por una línea de bajo totalmente expresiva que consiguió que el tema se dirigiese por terrenos más huidizos. Más momentos brillantes llegaron con esa forma de articular ‘Symmetrical’ alrededor de unos pocos punteos que acaban desembocando en una pieza totalmente apaciguadora, reforzada en esta ocasión por unos coros que se unían a la perfección a la voz de nuestra protagonista. Buscando también adquirir una mayor aceleración, ‘Best Team’ aportó una nota casi carioca al directo, haciéndonos ver cómo cualquier influencia que se ponga por delante será integrada a la perfección en su universo.

Despidiendo sin prácticamente darnos cuenta el directo, se reservó ‘Painted The Room’ para el final, llegando como un auténtico torbellino de capas y capas de psicodelia bien medida. Agitando de esta forma el directo con sabor a despedida, sacó a lucir todo el poder de su pedalera, haciéndonos ver cómo también las canciones que resultan recogidas en el estudio, en directo pueden suponer una especie de sprint final de lo más emocionante. Regresando sin mucha espera al escenario, cerró definitivamente el directo con una ‘Actually’ que nos encandiló al máximo con su espíritu festivo, enfatizándolo todo con el estupendo y contagioso gancho melódico de sus teclados. Así es cómo concluyó una velada donde descubrimos cómo la música de Rozi puede resultar aún más camaleónica de lo que intuíamos, todo ello primando siempre ese poder de reconstruir episodios que resultan familiares, pero de la forma más imaginativa posible.

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.