La nueva edición del Inverfest llegó al auditorio del Centro Cultural Condeduque para presentarnos el nuevo disco de Renaldo & Clara en Madrid, algo que aún no había sucedido hasta la fecha. Con casi un año de trayectoria, ya que estas canciones vieron la luz en la primavera pasada, las ganas del público eran evidentes, agotando prácticamente el aforo del lugar. En un entorno cómodo, en el que, eso sí, las butacas seguramente sobraban, el cuarteto catalán desplegó todas esas nuevas sensaciones recogidas en La Boca Aigua para demostrarnos cómo esta etapa más desinhibida de las composiciones de Clara Viñals le sienta de maravilla. Reforzando, como era lógico, todo el aparataje sintético con hasta tres teclados en el escenario, los momentos donde el pop electrónico más embriagador se hizo más presente.
Sin ir más lejos, el arranque del directo con ‘Trobo a faltar’ dejó clara esa querencia por guitarras fundidas plácidamente en ritmos no tan lejanos a un cierto espíritu funk bañado por el pop puramente mediterráneo que en otros puntos de su trayectoria se encontraba mucho más presente. Por el camino, canciones que dejaban clara su vocación de encarar los episodios vitales con la cierta despreocupación que aporta la experiencia. Sin olvidarse tampoco de su anterior trabajo L’amor Fa Calor, con el que iniciaron esta aventura más alejada del núcleo guitarrero, temas como ‘La Finestra’ o la casi desfilada al final del concierto ‘Per fer-te una idea’ sirvieron como ese puente perfecto entre los punteos destacados de Óscar Huerta y el empaque casi bailable del resto del grupo.
Mostrando su alegría por regresar a la ciudad en la que grabaron parte del disco, no faltaron los momentos en los que Clara introdujo las canciones, dotándolas de un componente aún más personal, como fue el caso de ‘Història’ y esa fascinación por la existencia de las rocas como objetos milenarios. Logrando que poco a poco las pulsaciones fueran creciendo, todo ello a través de leitmotivs melódicos tan pegajosos como los de ‘El Riu’, llegó el momento también de echar la vista hacia atrás y recuperar ‘Gira-sols’ de su primer LP. Con Clara sola a la guitarra y el resto de miembros al fondo del escenario escuchando atentamente, logramos conectar plenamente con la cara más plácida del directo, sumiéndolo todo en esas estampas tan contemplativas donde cualquier recuerdo resulta bañado por una mayor añoranza.
Encarando sin darnos cuenta la recta final del directo, no faltó un mayor espíritu discotequero con algunas de las canciones que precisamente también se sitúan en el desenlace de su más reciente trabajo. Así cayeron como agua del cielo ‘La Palma’ y una ‘Encaix’ que mostró ese tono esquivo que aportaron Hidrogenesse a la producción de la versión de estudio del tema. Cerrando de forma provisional con ‘Fent Amics’, dejaron claro cómo, ante todo, sus canciones siempre esconden estribillos redondos. Sin paso por los camerinos, decidieron sobre el mismo escenario que la velada se alargaría un poco más, ofreciéndonos unos bises de lo más generosos con tres canciones más que esperadas. De este modo emergieron ‘Rodones’, ‘L’amor fa calor’ y ‘S'està millor al carrer’, tres temas que conectan bastante bien en contenido, abrazando de lleno esa idea de afrontar los episodios vitales tal cual se presenten.
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