De la mano de BROTE, la sala Clamores acogía dos propuestas musicales bastante complementarias y relacionadas en el plano estilístico como son Pueblo Nuevo y Mundo Prestigio. Bandas con una trayectoria muy diferente pero unidas por su habilidad a la hora de darle buen uso a los samples y divagar a través de ellos, encontrando siempre una vía de lo más atractiva en todo lo que implica la experimentación asociada a ciertos momentos free jazz. Por lo tanto a todas luces parecía que la noche estaba diseñada para dejarse sorprender por una forma de hacer canciones que escapa a los cauces más convencionales, algo que acabó ocurriendo porque tanto Pueblo Nuevo como Mundo Prestigio nos mostraron sus mejores cartas en todo lo relacionado con no encasillarse en ningún género en particular.
Abriendo los locales Pueblo Nuevo, pudimos comprobar lo bien que se las gastan en esto de aportar por ritmos sinuosos y una forma de ir escalando sus composiciones a través de diversas etapas que transitan entre un estado meditativo y esa inherente euforia que nos dejan los tiempos jazzísticos más acelerados. Con una disposición en el escenario que nos permitía ver de buena forma todos sus movimientos, Egaña se colocó de espaldas al público, logrando que de este modo todo el aparataje que tenía en frente de él tomase un gran protagonismo y así ofrecernos una visión más orgánica de los sonidos que iba mostrando a lo largo de la noche. Por su parte, Milky se colocó en la parte derecha del escenario para mostrar esa forma tan técnica pero al mismo tiempo caótica de tocar la batería.

En todo momento el concierto transcurrió a través de un clímax bastante excitante, tratando siempre de buscar un ralentí en el plano rítmico que llegado el momento quebraba en una explosión más que acertada de ciertos momentos que rozaban lo funky y aportaban un mayor dinamismo a los temas. Así es como nos presentaron los temas contenidos en su homónimo EP debut, apostando en todo momento por incluir ciertos leimotivs melódicos que se repetían de forma cíclica y servían para apuntalar las bases de los temas. Todo esto nos condujo hacia esa sensación de no dejar pasar por alto lo relativo a la forma en la que construyen los temas alrededor de elementos bien definidos que se iban desdibujando sin prácticamente enterarnos, acentuando de esta forma esa sensación de podríamos encontrarnos cualquier giro en el guion a medida que transcurrían las canciones.
Por su parte, Mundo Prestigio regresaban a Madrid para ofrecernos un concierto bien diferente del que dieron en primavera dentro de Sound Isidro, encontrándose despojados de invitados en la parte vocal, a excepción de Mariagrep en la parte final del concierto. Esto les sirvió para centrar todos los focos en la forma tan fascinante en la que estructuran sus canciones, logrando unir sólidamente los sonidos ejecutados en el plano del directo y todos esos recortes de canciones que se acaban fundiendo con la parte rítmica de una forma casi imperceptible. El hecho también de ofrecer el concierto de mayor duración que les hemos visto hasta la fecha también propició que pudiesen dejarnos ante sus múltiples fases atravesadas como grupo, destacando tanto sus inicios más asociados a los pasajes jazzísticos más ácidos como su más reciente etapa donde se amoldan a la personalidad de cada uno de sus colaboradores.

Otro punto importante del directo llegó gracias a esa sensación de sentir como sus temas despojados de la parte vocal adquieren una nueva dimensión que hace que suenen igual de agitadores o más que en su versión original. Sin ir más lejos, la interpretación de ‘Lucía Hidalgo’ sacó a relucir las partes más brillantes de la composición, apostando por un frenesí más bailable que seguramente la voz de Grande Amore camufla en el más reciente EP del grupo. Más apuntes interesantes llegaron en el momento en el que apostaron por su cara más ambiental, aquella donde temas como ‘Caliente’ y ‘Quando’ aportan un mayor efecto narcótico y sirven para alcanzar un embelesamiento total con lo que nos ofrecen. Por todas estas cosas, queda bastante claro como los gallegos y celtiñas son una banda capaz de integrar múltiples vertientes, a cual más acertada, dentro de un directo que funciona como una montaña rusa de subidas y bajadas bien amortiguada.
En la recta final del concierto, Mariagrep hizo acto de presencia interpretando tres temas y así acabando de levantar al público que por fin dejaron de contener las ganas de moverse de una forma más efusiva. Entre estas tres composiciones hubo tiempo para dejarnos con una ‘Superbuena’ que adquirió definitivamente todos los aires de gran single que se intuían en la canción, del mismo modo que María sustituyó a Guille de Bifannah en ‘Quen Quere Falar’ para aportar esas dosis de discoteca italiana que nunca pasa de moda. El cierre redondo a uno de esos conciertos que nos demostraron que por muchas veces que veamos a Mundo Prestigio en directo es complicado cansarse de su propuesta, ya que precisamente en cada directo actúan como un camaleón que no sabes cual será el próximo disfraz que va a adoptar.

