Lael Neale debutó en Madrid en los últimos coletazos de la programación de Sound Isidro 2023, dejándonos ante uno de esos conciertos totalmente fascinantes en cuanto su capacidad para transmitir todo el componente místico que reside en sus canciones. Acompañada por su productor Guy Blakeslee, la artista de Virginia nos brindó un directo cautivador y magnético, donde la sobriedad de los elementos presentados fue suficiente para que las canciones sonaran de lo más plenas y con ese punto inmersivo que hizo que nuestra mente se situara muy lejos de la sala Siroco. Echando mano del omnichord, una guitarra eléctrica y un teclado, los artistas presentes en el escenario fueron capaces de recrear los ambientes terciopelados que pueblan Star Eaters Delight, el tercer trabajo de Lael, que tomó líricamente el protagonismo de la velada. Sin embargo, el arranque del concierto corrió a cargo del tema que precisamente da título a su anterior referencia, encontrándonos en ‘Acquainted with Night’ una perfecta canción introductoria a ese mundo de sensaciones de tintes tan cálidos como extraños. Ofreciendo una muestra perfecta de cómo su voz inunda todos los rincones, al mismo tiempo que crea esas armonías barrocas del omnichord que convierten cualquier composición en una pieza brillante, el inicio del directo no pudo contener una emoción más desbordante.

Continuando con la bonita amalgama de cajas de ritmos grabadas y sonidos etéreos suspendidos en el tiempo hasta el infinito, llegó el turno de una ‘Every Star Shivers in the Dark’ que podría ser una perfecta metáfora de su música. Con un público totalmente respetuoso, luces rojizas que se mimetizaban a la perfección con la oscuridad y solemnidad de la sala, Lael transmitía su aura resplandeciente a través de una mezcla de letras vulnerables y apreciaciones de esas que definen nuestra forma de ver el mundo. Evidenciando también cómo la velada iba a tener una gran variedad de dinámicas, no dudó en atacar ‘I Am The River’, el que seguramente sea el gran single de su nuevo disco. Agarrando Guy la guitarra en una interpretación enérgica que casi le obliga a tirarse de su asiento, nos encontramos ante esa otra vertiente de la artista más relacionada con exprimir al máximo sus influencias heredadas de la Velvet. Dosificando de buena forma todos estos esfuerzos de intensidad sonora, optó por continuar presentándonos el enorme abanico sensorial que poseen sus composiciones, llegando el turno de una ‘Sliding Doors & Warm Summer Roses’ que sonó tan frágil como hermosa.

Avanzando hacia la mitad del directo, Lael se lanzó a mostrar su faceta que también la conecta con cierto ambiente folk, mostrando todo esto a las mil maravillas con ‘Blue Vein’. De esta forma fuimos conscientes de cómo bajo una interpretación de lo más unificadora en el apartado ambiental, se esconden también múltiples capas bien relacionadas con bucear a fondo en estructuras propias de la música sureña de su país, o incluso formas también propias de la ligereza del pop setentero como ocurrió en ‘No Holds Barred’. Sin perder de vista su necesidad de abrirse al mundo en cada tema, encaró la recta final del directo con la languidez de ‘Return to Me Now’, para volver a regresar a una ligera crispación ruidosa a través de ‘Faster Than The Medicine’. A pesar de ello, el primer cierre corrió a cargo de ‘If I Had No Wings’, una canción capital dentro de todo lo que representa poder calar al máximo en el oyente mediante lo metafórico de sus letras. Regresando al escenario para brindarnos una versión de ‘Don't Make Me Over’ de Burt Bacharach, parecía que cerraba definitivamente su concierto, pero para sorpresa nuestra, regresó afirmando que nunca hace dobles bises salvo hoy. Así es como atendió la petición de un fan que le pidió ‘For No One for Now’, gastando de este modo su bala en otra de esas composiciones que se aventuran de lleno a capturar la belleza en la cara más marchita de lo que nos rodea.