Una de las mejores cosas de la música en directo es que la experiencia tiene tanto que ver con lo que pasa en el escenario, como lo que pasa en el público. Un intercambio de energías, una sinergia de emociones. Una vivencia que se teje a partir de los detalles técnicos de la banda más pequeños, pasando por los recuerdos colectivos e individuales, hasta llegar a el último grito de ese chaval que casi llega tarde pero al final ha logrado escuchar su canción favorita en directo. Cuando todo está en sintonía, cuando músicos, cantantes, técnicos, asistentes, y toda esa gente que hace posible que suceda, están en armonía, vivimos momentos épicos, de esos que acabamos contando en bucle a nuestros colegas hasta dejarlos hartos. Pero cuando las cosas no acaban de conectar, cuando la situación grinyola, no en treure’m res de bo. Por lo tanto, si tienes un público de mierda, raramente vas a tener un buen concierto. Y eso, por desgracia, fue lo que pasó el pasado 1 de abril en el bolo de !!! (Chk Chk Chk) en la sesión de Nitsa de Barcelona.
Los conciertos a las dos de la madrugada, de los fines de semana en Apolo, se han vuelto en lo habitual de esta nueva normalidad. Personalmente es un concepto que he defendido a capa y espada. Tus amigos que quieren ganar experiencias vitales y acumular listas de concierto y los que solo quieren bailar para sumergirse en el hedonismo club: todos contentos por un mismo precio. Un win-win si te gustan ambas cosas.
Hasta el momento todos los conciertos habían atraído a su público natural hasta la sala. Una fusión entre fans y guiris desubicados que llaman a Barcelona Barça, que cohabitan en perfecta sincronía. Por desgracia, minutos antes de de que la banda de punk-dance saliera la pista principal, esta tenía una energía magaluf exorbitante. Nada bueno. La sala estaba más vacía de lo habitual, así que lograr un buen sitio, por ejemplo lateral derecho, era pan comido. Pero mientras las pruebas de sonido descolocaban a los que iban despegando, los huecos se llenaba de ese público nitsa que tanto les da una noche que otra. Muchos tíos, machos, torres humanas que olían a sudor y aftersave barato lo fueron llenando todo. Incluso aparecieron tipos que parecían salidos de los festivales de 2010 con un bigote tatuado en los dedos. Pero creo que esos si eran público potencial. La gente te empujaba zarandeaba y te regaba con las copas. Era incómodo hasta el nivel que, cuando !!! salieron al escenario un 90% del público ni se percató.

Mientras que los estadounidenses irradiaban energía, costaba identificar la canción con la que abrían pero por suerte, cuando presentaron Ryders, una de las primeras masas molestas había abandonado la pista. Le siguió Un Puente, que pareció más o menos conectar con los presentes, pero sin pena ni gloria. Mucha charleta, poco baile.
El esfuerzo que hizo la banda por conectar con el público fue increíble. Nunca nadie había puesto tantas ganas en poner en una misma onda a toda una sala. Pero el avasallamiento que había por gran parte de los asistentes masculinos, al borde del coma etílico, hacia cualquier ser que pudiera recordarles a una mujer aguó toda la fiesta. !!! siguió intentando ser la euforia en persona. Tocaron los grandes hits de su último disco cómo Off The Grid y Couldn’t Have Known e incluso hubo la primera inmersión en la pista de Nic Offer. Algunos de los asistentes le siguieron el ritmo pero por lo general, mientras que el repetía en bucle lamentablemente… lamentablemente… lamentablemente…, no fue un acto demasiado noticiable.
El hastío de apartar cada 10 segundos a un sobón distinto hizo insoportable el cierre del concierto. Tanto que fue mejor verlo desde los balcones, donde curiosamente se encontraban gran parte de los fans de la banda. De fondo sonaba el épico Our Love (U Can Get), y la frustración por no poder disfrutar crecía. Por desgracia, cuando Offer volvió a bajar al público, nadie hizo hueco para sus excéntricos bailes, nadie le acompañó en un momento que podría haber sido catártico. Fue como ver a una masa apática, movida únicamente por el bombo, engullir al hombre del pantaloncito corto.
En un último intento de tener a la pista de su lado tocaron las infalibles One Girl/One Boy y Freedom! ‘15, logrando unos minutos de comunión global. Pero el sentimiento global fue agridulce. Mientras !!! lo habían dado todo, el público no había dado nada. O si habían dado algo, fue mal cuerpo a los que estaban intentando pasar un buen rato.

