Tras el exitoso debut en 2022 de The Smile con A Light for Attracting Attention, el trío conformado por Thom Yorke, Jonny Greenwood y Tom Skinner vuelve a sorprender gratamente con su segundo álbum de estudio Wall of Eyes. Si bien su trabajo anterior contenía destellos de genialidad y ese estilo inconfundible heredado de Radiohead, en esta nueva producción la banda parece encontrar su propia identidad, explorando nuevos territorios sonoros con una seguridad y madurez impresionantes.

A diferencia del anterior, que tenía 13 cortes, en esta ocasión la banda opta por un trabajo más conciso de 8 canciones. Pero lo que pierde en cantidad lo gana en calidad y profundidad. Cada tema parece concebido como una pequeña suite, comenzando de forma minimalista y tranquila para luego ir creciendo progresivamente en intensidad y complejidad sonora. Los intricados arreglos de cuerdas de Greenwood juegan un rol fundamental, aportando densas capas armónicas y una tensión dramática que se va acumulando.

La influencia del jazz y la improvisación, tan presente en trabajos previos de los integrantes, también deja su huella. Pero lejos de sonar dispersos, los diversos estilos se funden aquí de forma homogénea al servicio de las canciones. Hay inspiración en el rock progresivo, el krautrock, el post-punk e incluso la psicodelia de los años 60 y 70, pero pasado por el filtro característico de estos músicos. Las letras crípticas de Yorke, como es habitual, dejan mucho a la interpretación del oyente con sus imágenes sugerentes que aluden a temas sociales y existenciales.

El álbum arranca con el tema que le da título, Wall of Eyes, una especie de balada samba de tempo lento y clima lúgubre, casi fúnebre, con eco de sintetizadores, risas enlatadas y cuerdas que le otorgan un toque tétrico. 'Teleharmonic' retoma el estilo intimista sobre una base rítmica compleja, sumando efectos electrónicos, bajo funky y una sublime coda orquestal.

'Friend of a Friend', construida sobre piano y batería, tiene un delicado aroma "beatle" con su estribillo vocal armonizado, pero luego se oscurece con cuerdas disonantes. Por su parte, en la zambullida al krautrock psicodélico de 'Bending Hectic' conviven espacios etéreos con estallidos de guitarra saturada, mientras la batería instala un pulso hipnótico de trance. Finalmente, el disco se apaga suavemente con la voz angelical de Yorke en 'You Know Me!', sobre un lecho sonoro de sintes, guitarras acústicas y orquestaciones espectrales.

Con Wall of Eyes los integrantes de The Smile realizan trabajo brillante, llevando su música a nuevos lugares emocionantes sin renunciar a su sello inconfundible forjado en Radiohead. Calidad, riesgo e innovación sonora de la mano de una banda supersónica al máximo de su potencial creativo. Otro capítulo más en la prolífica obra colectiva de Yorke, Greenwood y ahora también Skinner como valioso agregado.