All We Are regresan con un segundo trabajo de mayor perfeccionismo y un afán palpable por intentar llegar a un público mayor sin dejar de lado las interesantes coordenadas de electrónica bailable de su debut. Tras un primer trabajo donde se acercaban a las melodías pop más redondas y con vocación de ser coreables, el grupo transmite la sensación de querer poner freno a la vía más accesible. Sunny Hills es uno de esos trabajos que por lo general tratan de huir de lo moldeado del indie pop más comercial a base de quietud en determinados momentos del trabajo. Cierto es que han optado por mantener la esencia de percusiones que en muchos casos apuntan hacia lo épico como ocurre en ‘Waiting’, alcanzando un clímax perfecto para hacer levantar los brazos al personal en un estadio, compensándolo con dosis bien diferentes que apuntan en la dirección de bandas como Wild Beasts, algo que ocurre en ‘Burn it All Out’.

El atrevimiento del trabajo radica esencialmente en el énfasis por no dejar en ningún momento de lado la esencia disco de sus canciones. Ese mismo espíritu que en su anterior trabajo reflejaron tan bien en ‘Feel Safe’ y que se convirtió en una marca distintiva del grupo. Por ello, aunque de una forma un tanto más tímida en ciertas ocasiones como ocurre en temas como ‘Human’ o ‘Down’, el grupo ha intentado que las guitarras por momentos pastosas y los ritmos tímidos pero enfocadas a hacia las discotecas más reposadas, recubran todo el trabajo. Precisamente los momentos más disfrutables del mismo llegan con temas como ‘Dreamer’ o ‘Youth’, acercándose a la sencillez y despejando su aparataje guitarrero para lucir en su máximo esplendor. También merece un comentario destacado ‘Punch’, el tema que cierra el trabajo donde entre lo aturdido de una atmósfera crispada, las dentelladas vocales suenan impetuosas, con ganas de romper todo lo posible.

El afán por salirse de su propio camino, es seguramente lo que les conduce a los momentos donde no encontramos a un grupo del todo cómodo. Esto es el caso de ‘Down’ y su carácter desbocado a lo Foals, haciendo que todo suene poderoso pero creando cierta incertidumbre acerca de si esto encaja completamente con todo el trabajo. Graves saturados, estrofas repetitivas y muy poca cabeza para conducir un tema donde parece que puede tener cabida cualquier tipo de elemento con tal de alcanzar el mayor estruendo posible. Momentos donde quedan al descubierto todos los clichés imperantes en el entramado de rock juvenil actual y que no encajan muy allá con la trayectoria del grupo.