Los últimos años han sido convulsos para BC Camplight, el alter ego musical de Brian Christinzio. Todo esto se ve reflejado en sus últimas obras, las llamada “trilogía de Manchester”, dando buena cuenta de como este músico de Philadelphia ha desarrollado su más reciente actividad musical en la ciudad inglesa en la que ha residido no sin dificultades.
Lejos quedan sus etapas iniciales, plagadas de sunshine pop, arreglos chamber y melodías barrocas, de tonos burlescos y trazas de cabaret, de canciones que trataban el amor y el desamor, de pegadizas melodías labradas tras un alegre piano. Lejos quedan esas logradas similitudes con artistas de la talla de Brian Wilson.
BC Camplight retoma la senda de su anterior obra, ‘Deportation Blues’, un oscuro y denso compendio de estilos que narraban sus desventuras personales como su deportación a Estados Unidos al no disponer de permiso de residencia válido en Reino Unido o la reciente muerte de su padre.
El título de su último LP, Shortly After Takeoff, quinto en su carrera y segundo bajo el sello británico Bella Union, nos resume a la perfección su contenido. En él, el músico nos ofrece un breve pero intenso repertorio de canciones y reflejos anímicos como epitafio tras tomar un vuelo, uno de sus mayores miedos.
El trastorno mental que le diagnosticaron recientemente es el protagonista del álbum. Christinzio alude a las secuelas de ese síndrome y los devaneos de convivir con ello, mencionando el suicidio, la muerte y la depresión, incorporando incluso tal decadencia a un corto monólogo que sirve de introducción a ‘Ghosthunting’, donde quita hierro al asunto y nos ofrece un leve momento de pausa y respiro en la intensidad del drama.
Tanta dosis de depresión y tragedia personal solamente se pueden digerir con un disco bien cocinado en el plano musical. Y es ahí donde BC Camplight nos hace mucho más llevadera su historia, acompañándola de melodías dulces pensadas para argumentos tristes.
A lo largo de ‘Shortly After Takeoff’ encontramos un Christinzio más auténtico, que nos regala una trabajada producción alternando píldoras de art pop y new wave (‘Cemetery Lifestyle’, ‘Shortly After Takeoff’), orquestación y arreglos de viento ‘(I Only Drink When I'm Drunk’) y el chamber pop más característico a los mandos de su piano, adornado con su original voz en falsete, arreglos de cuerda y bellos coros femeninos (‘I Want To Be In The Mafia’, ‘Arm Around Your Sadness’).
La complejidad de su personalidad se vislumbra en la mutación continua que sufre ‘Back To Work’ en todo su minutaje, pasando de la delicadeza y suavidad de los violines al thriller más industrial de los coros que salpican, sacuden e impactan como martillos el tema.
En su quinto álbum, Christinzio introduce por primera vez sendas synthpop en sus creaciones con reminiscencias a la música glam de los años ochenta, no faltando de postre su característico sello personal luminoso encarnado en ‘Born To Cruise’, regalándonos una bocanada de optimismo antes del cierre.
Reseña a cargo de César Serres
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