Burrito Panza seguramente han logrado su trabajo definitivo, o al menos el más redondo respecto a los otros dos LPs que contaban ya en su haber. Esta sensación nos llega desde la primera escucha del disco, donde todas las canciones poseen el dinamismo y atractivo posible tanto en su melodía como en todos los arreglos que las rodean. Partiendo del tono narrativo, casi siempre de enorme vitalidad y unas descripciones realizadas con mucho énfasis, la banda albaceteña se vuelve a aferrar al sonido de pop guitarrero perteneciente a los 90 nacionales, aportando como siempre unos matices que proporcionan profundidad en todas las direcciones. Buena muestra de ello nos la encontramos con ‘El Rayo Loser’, uno de esos temas que bebe de una forma directa de la época de Surfin’ Bichos para mostrarse incisivo y con un cierto trasfondo de oscuridad y desconfianza que nunca vienen mal. Más temas que muestran este carácter por trascender en las historias personales, nos lo encontramos en ‘La Esquina Torcida’, combinando en partes iguales un sonido suavizado con un toque ácido, algo que siempre ha resultado fascinante en base a los cambios de dinámica que prácticamente llegan sin enterarnos.
Apelando siempre a ese lado donde la observación de elementos comunes implica encontrarse con ciertas reflexiones relacionadas con el paso del tiempo, nos encontramos con ‘Una Farmacia Abandona’, una de las canciones más reposadas, donde reside un encanto por la simplificación de elementos, escogiéndolos muy bien y que cada uno tenga un completo espacio para desarrollarse al máximo. Esta es la única forma de lograr una atmósfera por momentos casi telúrica sobre la que mecer frases tan buenas como “El amor no obedecía, el amor se medicaba”. Cayendo también hacia una lado más reflexivo pero lanzado hacia un plano de mayor despreocupación, ‘Una Octava Parte de Mí’, actúa como un tema resonante y quizás algo distante del resto del disco en base a ejecutarse desde progresiones de acordes más distendidas y descargadas de todo tipo de tensión. También de una forma interesante y con algún que otro atisbo a medio camino entre lo espacial y leves referencias a ritmos de psicodelia a lo Os Mutantes, ‘Saudade 47’ logra integrar a la perfección su faceta de pop cabizbajo junto a la necesidad de mostrar total naturalidad en las acciones vitales que van llegando.
Si atendemos a aquella parte del disco donde nos encontramos con temas de clara vocación de single, aparece realmente el lado más libre del grupo, aquel en el que no trascurren grandes cosas en segundo plano, sino que todo salta a un formato mucho más directo. Estamos hablando de canciones como ‘Barcelona’, saltando seguramente hacia el espíritu de clásicos británicos como The Vaselines, sin olvidarse en ningún momento de su afán por ofrecer exactitud en cada estrofa y no opacar todo lo que implican los sentimientos hacia una persona. Otro tema que se mueve en unas coordenadas similares es ‘Entrañable y Lamentable’, tratando de sobreponerse a los contratiempos, siempre con un cierto tono irónico y asociaciones que lejos de caer en el dramatismo se acercan más bien a un tono risueño. Así es como Burrito Panza nos muestran la ambivalencia de sus temas, dejando claro que la experiencia en su caso solo juega a favor.


Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.