Review

Lush

Snail Mail

2018

8


Por -

Al final de Blankets, una de las novelas gráficas más laureadas y obra maestra del escritor norteamericano Craig Thompson, el protagonista termina con la frase: “Qué satisfactorio es dejar una marca en una superficie en blanco. Hacer un mapa de mis movimientos… no importa qué tan temporal.” 

La historia es autobiográfica. Craig cuenta fragmentos de su vida. Abusos infantiles, aprendizajes sobre la construcción social y sobre todo, lecciones sobre las relaciones humanas. El sofocante desarrollo de la personalidad, de los cuestionamientos y la imperecedera búsqueda de la identidad. Obras que hablan sobre estos años turbulentos, se cuentan por millares en la literatura. Ahí tenemos Las batallas en el desierto de José Emilio Pacheco o The Catcher in the Rye de Salinger. Pero también hay discos que, quizá sin quererlo, pueden funcionar como un mapa de las mareas emocionales. 

Snail Mail es un proyecto que lleva tiempo de gestación. A los 15 años, Lindsey Jordan ya tenía cierta trayectoria cibernética y un EP debut llamado Habit. Los conciertos en su ciudad eran habituales. Poco tiempo después, se fue generando cierto hype a su alrededor. SXSW, más amigos, consejeros de todo tipo, personas de la industria musical. Y Lindsey fue conociendo el ambiente. Lo que empezó como un idilio perfecto entre una adolescente y la música que hacía encerrada en su habitación, terminó como suele terminar: con un golpe de realidad sobre responsabilidades, tiempos exactos e intereses particulares. Lindsey Jordan envejeció abruptamente, al menos en mentalidad. 

No obstante, su debut con Matador logró ver la luz. 10 temas grabados de 30 escritos. Un disco conciso para un trayecto corto en auto, en bici o una caminata ligera… pero para largas reflexiones. Bien podríamos decir que es un disco con base en la guitarra. Y eso es algo que se agradece entre la persistente digitalización de los instrumentos para crear canciones. Pero sobre todo, es un disco de letras. Guitarra y palabras, en realidad no se necesita mucho más para hacer grandes álbumes. 

Para todo en la vida hay inspiraciones. Algunos la encuentran en los atardeceres —o al menos eso dicen—, otros más en los estupefacientes y muchos, muchísimos más, en las personas. Eso pude ser un cliché peligroso. Las canciones de amor son un arma de doble filo, porque pueden ser las más perfectas declaraciones o las más insufribles repeticiones de estereotipos. Lindsey Jordan, al parecer, tiene muchas crushes. Tanto así, que durante los conciertos, los títulos de las canciones son reemplazados por los nombres de las chicas en cuestión. ¿Es entonces, Lush un cliché musical? 

Sí y no. No hay blancos ni negros. Si alguien se pone a buscar en las influencias de Snail Mail, verá un ejército de personajes armados con cuerdas, voces femeninas y amores fallidos. Pero muchas veces las cuerdas se ven acompañadas de nulas narraciones. O las narraciones de acordes calcados. Hay que tener una sutil habilidad para sonar familiar pero original. De todas formas, todo ya se ha hecho… o al menos eso dicen. 

‘Pristine’ es un sencillo que ya conocíamos. Impecable. Lo verdaderamente llamativo era ver el desarrollo de lo demás. ‘Speaking Termss’ sigue con ese aire melancólico. De negaciones constantes, de senderos que hay que seguir pero en los que a veces se duda. ¿Es mejor oír la verdad aunque nos duela o vivir en el engaño? ‘Heat Wave’ continúa con esa incertidumbre. Un amor que parece sólo ir de un lado. Sin embargo, es tomado con cierta madurez. Se deja ir al otro, con esperanzas de que aquel que le dé amor le quiera como uno mismo. Pero eso sí, con una ligera esperanza de que, algún día, pueda renacer algo entre los dos.   

‘Stick’ es una canción que estaba en su EP debut. Pero ahora con más acompañantes que la guitarra, adquiere una presencia mucho más relevante. Aquí es donde se ven las ventajas de un estudio y un productor, aunque quizá, para algunos se distancie de la honestidad primeriza. ‘Let’s Find an Out’ es un canto por el escape. El característico e inocente romanticismo que hay en dejar todo atrás con el supuesto amor de tu vida. ‘Golden Dream’ parece lidiar con un amor problemático. De esos que se quiere a morir, pero que, por circunstancias ajenas, es imposible cambiar. El pasado los marcó de por vida y por más que nos cueste, es imperativo aceptarlo. 

Casi al final del disco, la temática sigue siendo la misma. ‘Full Control’ enuncia una racionalización que, en teoría, está ahí, pero que en la práctica, muchas veces se ve nulificado. ¿Se puede ser civilizado para aceptar un nuevo amor en aquella persona que se amó, cuando la pasión instintiva es tan poderosa? ‘Deep Sea’ aparece igualmente con la supuesta madurez. La que dice que da igual si se es un amante o un amigo, porque se encuentra en alguien más, la paz, la armonía y las ganas de seguir compartiendo momentos que quedarán permanentes, por décadas y décadas, en la memoria.  

‘Anytime’ cierra con una línea que dice: “I carved your name/In the white dullen day/Couldn’t believe you were gone/Do you love me?” Y como Craig Thompson en Blankets, Lindsey Jordan parece querer marcas. Vestigios. Ruinas o monumentos de lo que se ha vivido. Pensamientos buenos o malos, pero al final, ideas tangibles de que se está viviendo, de que se ha vivido y que se vivirá, independientemente de quién esté al lado, en dónde o cómo.

Reseña a cargo de Alan Luna.

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10

Álbum

Lush

Artista

Snail Mail

Año

2018

Discográfica

Matador

Redacción Mindies

Los miembros de la redacción de Mindies amamos la música por encima de todas las cosas.

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