Other Lives regresan en su cuarto LP a la senda más inspirada, aquella que nos atrapó en su segundo LP Tamer Animals publicado en 2011.  Si bien es cierto que su tercer trabajo Rituals se perdió en un exceso de grandilocuencia a la hora de intentar alejarse de las señas de identidad que los habían dado a conocer, en esta ocasión parece que los nuevos procesos creativos han propiciado un disco de sonido coherente donde los estamos de ánimo configuran de buena forma el carácter del trabajo. Solo así es como han logrado alejarse de sus anteriores etapas y emerger en su cara más cercana al folk pero añadiendo elementos oníricos que reflejan una elegante sobriedad. Los matices relacionados con el space rock que poblaron sus primeras canciones también parecen disolverse para dar paso en esta ocasión a un espíritu más desafiante que místico.

El hecho de haber sido compuesto en su mayor parte en un paraje bastante bucólico en las montañas del estado de Oregón, quizás haya supuesto que estas canciones se desenvuelvan en la belleza de lo contemplativo y en la calma propia de encontrarse de nuevo a uno mismo. De esta forma la instrumentación presente a lo largo del trabajo muestra un gran énfasis por encararlo todo desde un perfil solemne, donde los elementos como cuerdas y vientos se aferran a un apartado en todo momento resonante con el que al mismo tiempo aportarle un lado trepidante al asunto. Este puede ser el caso de una ‘All Eyes – For Their Love’, el tema más largo del trabajo y que se presenta como una auténtica oda a todo aquel amor que no resulta romántico.

El sentimiento generalizado que poco a poco se va descubriendo a medida que el disco avanza se encuentra muy relacionado con alcanzar un estado de serenidad a través del cual analizar la pérdida y los sueños frustrados sin ningún tipo de dramatismo. Canciones como ‘We Wait’ donde recurren al tono más clásico de la americana resultan una buena muestra de ello, dibujando estampas cargadas de dolor pero al mismo tiempo encontrando la fortaleza necesaria para poder avanzar. A través de esta templanza son capaces de ir encontrando un camino donde el peso de la experiencia acaba serenando los ánimos y guiándolo todo hacia aquellos territorios donde las emociones se encuentran bajo control. Solo así canciones en las que incluso dan rienda suelta a su cara más barroca gracias a momentos más amenazantes como ‘Nites Out’ poseen la clarividencia precisa para no terminar sonando desmesurados.