Los norteamericanos The Low Anthem llevan unos cuantos años consiguiendo que las fronteras de la canción americana se difuminen a través de sonidos cristalinos adaptados propiamente del dream pop más evasivo. La verdad es que ya los estábamos echando de menos desde la publicación de Smart Flesh en el 2005, por lo que este nuevo Eyeland supone un esperado reencuentro con sus fans a la par de intentar ganar nuevos fieles a base de mostrar una evolución bastante lógica. Y es que este trabajo representa muy bien todo lo comedido del grupo, potenciando al mismo tiempo sus tempos más lentos de esa forma deconstructiva tan particular que tienen. Por todo ello podemos decir que Eyeland supone un paso importante en la trayectoria del grupo.
Si nos escuchamos de un tirón el trabajo, podremos observar como los recursos presentes en él crecen respecto a entregas anteriores. Desde las guitarras que se mueven siempre en el filo de lo onírico, hasta beats que se entremezclan a la perfección entre la raíz folk de los temas, sin dejar de lado un cierto punto de caos y ruidismo siempre necesario. Es en la variedad cohesionada donde reside la gran virtud de este trabajo. Todo se mezcla a la perfección como ocurre en la instrumental ‘am I the dream or I am the dreamer’, evitando dar pistas de los próximos movimientos que nos encontraremos en temas posteriores. Un juego de despistes con sus consiguientes luces y sombras que aportan un resultado inesperado pero victorioso al conjunto del disco.
Todo por lo que recordábamos a The Low Anthem hasta el momento sigue muy presente en canciones como ‘Dream Killer’ o ‘In the Air Hockey Fire’. Ese poso nostálgico, por momentos tirando a lo depresivo, muy bien mecido por un inofensivo pulso folk que adormece poco a poco las melodías. Algo similar ocurre en la bonita ‘The Pepsi Moon’, dando entrada a los ya mencionados elementos oníricos que tanto les acercan a bandas aún más veteranas en esto de la canción americana como son The Handsome Family. Sin embargo, a lo largo del trabajo, podemos observar muy bien como el grupo huye de las bases más que bien establecidas del género para moverse a otras posiciones que también les resultan de gran confort. Esto es lo que ocurre en la solemne ‘Behind the Airport Mirror’ donde parece que todas las visiones del pasado posibles vienen a la cabeza de Ben Knox.
Los momentos donde el grupo se siente más liberado de todo el bagaje emocional llegan con ‘Ozio’, un tema que avanza por ritmos de blues rock, bajando progresivamente pulsaciones al mismo tiempo de juguetear con el sonido en un experimento bastante loco. Sin embargo el atrevimiento no entra de lleno hasta que no nos topamos con temas como ‘Her Little Cosmos’, donde el grupo directamente se pasa al Lo-Fi a la par de encontrar un motivo sintético adictivo que se acopla a la perfección del tema. Tampoco se queda atrás en el factor sorpresa ‘Waved the neon seaweed’, un tortuoso tema de más de 4 minutos de sonidos abismales e incertidumbre. Una pieza desconcertante de la que podemos decir encuentra su antítesis en ‘am I the dream or I am the dreamer’. The Low Anthem juegan todas sus cartas y la combinación resulta ser la acertada.
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