Sunflower Bean siguen dejándonos ante discos más que sólidos, evidenciando según transcurre su carrera como son capaces de mostrar una evolución hacia un sonido más maduro y con esa capacidad de lograr canciones con aroma a clásico instantáneo. Para ello no han dudado en ningún momento en ofrecernos giros atrevidos en lo relativo a los elementos presentes en su música, sabiendo muy bien como hacer que las expectativas generadas en su popular debut Human Ceremony no se los llevasen por delante. De este modo en su segundo LP Twentytwo in Blue se decantaron por ofrecernos una adecuada rebaja de pulsaciones y un refuerzo estupendo de sus líneas de bajo, apostando ahora en este nuevo Headful of Sugar por unas composiciones más sobrias pero con conservan intacta la capacidad de emocionar a través de la desnudez de las historias presentadas. Procurando que los temas presentes en este trabajo no caigan en un exceso de languidez dentro del agradable apartado atmosférico que nos presentan, el trío logra abrirse paso a través de momentos donde el recogimiento resulta totalmente disfrutable y desemboca en una perfecta explosión de estampas que nos aportan una perspectiva de lo más completa en todo lo relacionado con superar la etapa de postadolescencia.
A pesar de que el núcleo de esta referencia se sustenta en la capacidad de que las atmósferas más dispersas y la producción más precisa jueguen su papel a la hora de trasladarnos hacia un espacio mental de mayor clarividencia, tampoco podemos pasar por alto las canciones en las que no dudan en lanzarse de lleno a por guitarras más decididas y de sonido transversal. Por ello en ‘Roll The Dice’ y ‘Stand By Me’ nos enseñan las dos caras de una misma moneda, apostando en la primera por enseñar los dientes, mientras que en la segunda sacan el mejor partido posible a su cara más edulcorada. De esta forma es como dejan huella en terrenos más reconocibles de su música, haciéndonos ver como ante todo son capaces de transitar entre la dureza que nos presentan ciertos escenarios vitales y la necesidad de poder sentir como el tomar el control de lo que rige nuestra vida proporciona ante todo una sensación inmejorable. Detalles que marcan la diferencia y que en este trabajo sirven para apuntalar todo lo logrado por el grupo hasta la fecha.
Con más sorpresas agradables, tampoco podemos pasar por alto como ‘Post Love’ hace acto de presencia como uno de esos temas que los eleva como una banda de lo más versátil, definiendo al mismo tiempo a las mil maravillas todo aquello que llega justo en el momento en el que sentimos como superamos una decepción sentimental. Ese efecto curativo que en muchas ocasiones tienen las canciones de Sunflower Bean se ve reforzado por otros puntos descargados del trabajo donde a priori parece que ahondan más en un cierto apartado abatido. Estamos hablando de la hermosa ‘Otherside’ y de una ‘In Flight’ en la que saben como condensar esa idea de sonar con una cierta nostalgia psicodélica sin que la canción caiga de lleno en el conjunto de influencias más reconocible. Todo esto nos hace ver como a estas alturas el trío neoyorkino posee un abanico de recursos más que amplio con el que presentarse como una banda camaleónica en su justa medida.


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