Sergio Sayeg emerge definitivamente como una de las grandes figuras del tropicalismo y la bossa nova contemporáneos, entregándonos un segundo LP donde cada canción resulta concienzudamente arreglada, todo ello logrando no perder para nada el carácter espontáneo encerrado en el apartado melódico. Han tenido que pasar casi tres años para que la continuación de Grandeza, su LP debut con el que maravilló tirando de onirismo, viese la luz, encontrándonos en esta ocasión una propuesta que sin necesidad de caer rendida a la exuberancia instrumental es capaz de abrirse paso entre los leimotivs melódicos más sugestivos. Sin perder en ningún momento de vista el componente espiritual que revolotea en las atmósferas encerradas en los temas, este Estrela Acesa sigue celebrando una forma de vivir la vida pasional y dedicada a no dejar escapar los pequeños momentos de alegría que nos brinda el día a día. De ahí que muchas de las canciones que encierra el disco, al igual que ocurriese en su predecesor, estén basadas en conceptos que merecen ser vividos con goce como puede ser la propia música, los vínculos más estrechos que nos unen a las personas o el poder de escapismo que reside en nosotros mismos.
Centrándonos en todas las cosas buenas que tiene esta referencia, que de entrada son muchas, no podemos pasar por alto el tratamiento del apartado percusivo, ya que de una forma totalmente sobria logra guiar el disco alternando entre la contundencia y el efecto evasivo que aparece en las partes más ambientales. Junto a ello no tenemos que dejar pasar como Sergio es capaz de que su guitarra nos ofrezca leimotivs melódicos completamente independientes del desarrollo central de los temas, algo que ocurre en temas como ‘Dor Fodida’, una de las composiciones que más crece a medida que transcurre su minutaje. Sin dar la espalda tampoco a las influencias más clásicas encerradas en su música, no se olvida de ir más allá la hora de tirar de ritmos candentes y coros que nos transportan de lleno hacia agradables clímax exóticos, todo ello jugando constantemente con imágenes que aparecen ante nosotros casi como si se tratasen de ilusiones ópticas que rompen el transcurso natural del tiempo.
Logrando equilibrar el peso entre todas aquellas canciones que apuntan puramente hacia un apartado de tiempos totalmente serenos e invitación a la desconexión, junto con aquellas otras en las que es preciso transmitir un mayor carácter, Sessa sabe como estructurar el tracklist de modo que podamos sentir como los sobresaltos también son necesarios. Por ello, cuando menos lo esperamos es capaz de desnudar sus canciones al máximo para que con tan solo la percusión logre canciones de lo más completas y aferradas a la necesidad de olvidarnos cual es realmente el sonido que estamos percibiendo, sino lo que realmente importa es la experiencia inmersiva que sugiere el tema. Ahí es donde aparecen composiciones como ‘Você É a Música’ que arrojan una visión más extensa de como la personalidad del músico es capaz de calar hondo aunque no preste el mismo la voz a los temas. Por detalles así sentimos que su crecimiento como compositor es totalmente ilimitado y que esta referencia puede dejar una huella muy profunda en cualquiera que la escuche.


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