La formación australiana ha justificado sobremanera los más de 5 años que han transcurrido hasta que viese la luz su segundo LP, si bien es cierto que no hace mucho se atrevieron a versionar el Out of Time de R.E.M de forma más que acertada. Si miramos hacia atrás, podremos comprobar como en el 2015 nos entregaron We'll Go Riding on the Hearses, un disco donde se encaramaban al tono clásico de canciones de raíz power pop bien sometidas a esa nostalgia bajo control de bandas tan míticas como Comet Gain. Uno de esos discos con los que aferrarse muy fuerte al poder que posee la música para intentar disuadir los malos tiempos y al mismo tiempo reconfortarnos en el recuerdo de las bandas que escuchamos siempre que está el cielo gris. Pues bien, ahora las sensaciones que nos sugiere su nueva referencia son bastante diferentes, ya que en su más reciente Golden Doubt apuestan también por lograr un sonido propio de clásicos contemporáneos pero intentando capturar un mayor reprís y vitalidad en todo lo relativo a lo melódico. Por lo tanto estamos ante el disco soñado para todos aquellos que nunca pierden de vista el elenco de bandas que abarca desde el lado más manso de Fortuna Pop! hasta las bandas exclusivamente de guitarras de Flying Nun.
Enfocando este trabajo como una celebración de todo lo que tenemos y debemos disfrutar debido a lo fugaz que puede resultar, el grupo pone encima de la mesa el valor de los sentimientos arrebatadores del amor, lo importante de la autodeterminación en los momentos vitales decisivos o como es preciso saber convivir con los fantasmas del pasado. Por el camino, todo ello resulta ejecutado con el poder indudable de los coros al unísono que dejan huella, dejándolo bien claro en la inicial ‘Gutters of Love’ donde las armonías vocales resultan una auténtica delicia. Sabiendo como encontrar un nuevo impulso a la hora de desarrollar esa cierta efusividad encerrada en sus estribillos, llama la atención el cúmulo de fragmentos de guitarra que conviven a lo largo de los temas, trazando de esta forma un perfecto rompecabezas donde todo suena en su sitio. Sin ir más lejos en ‘When It Breaks’ y su aroma a The Chills supone una gran evidencia a la hora de como aunque cada miembro parece ir a su bola, al final todo resulta unido de una buena forma para que el tema posea el poder de convertirse en himno de curación.
Deteniéndonos en más momentos destacados de la referencia, también les sientan muy bien el construir los temas desde la nada, adentrándose en un apartado más introspectivo como la de cinematográfica ‘Videostores’ o esa complicada sinceridad que nos muestran en ‘Nostalgia Will Kill You’. A través de giros agradables hacia situaciones donde se intuye un mayor énfasis en todo lo referido a lograr un ambiente serenos sobre los que ir dejando constancia de como incluso en los mares más apacibles siempre pueden surgir olas de gran tamaño, ‘You’re Not Always on My Mind’ emerge como el tema donde es preciso purgar los pensamientos más compulsivos, disolviéndolo todo de una forma acertada a través de coros lejanos y esa capacidad de contención que guía el trabajo. Manteniéndose firmes en su capacidad para controlar las emociones, la recta final del trabajo nos deja perlas como una ‘Overthinking’ que podría ser algo así como el tema más confesional del trabajo y que al mismo tiempo nos recuerda lo importante de mantener nuestra voz interior viva. Detalles que resultan importantes en el global de un disco que es rematado con el tema que le da título, estando ante una bonita balada a piano donde se permitir caer definitivamente en las garras del amor.
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