El dúo francés nos entrega su segundo LP haciendo gala a su facilidad para saltar a la pista de baile por múltiples vías, logrando que estas nuevas composiciones encierren una cara más cinematográfica que de costumbre a la par de intentar trazar puentes entre la electrónica de club más desinhibida y una concepción de música de baile puesta al servicio de la hiperactividad melódica. Sabiendo muy bien como moverse a través de esos territorios donde el electro house adquiere connotaciones completamente vaporosas, el dúo se ha centrado en lograr un trabajo donde cada pieza no busca de una forma deliberada la épica, sino que tratan de escalar de forma progresiva los temas para que los clímax mostrados puedan alcanzar sus puntos de intensidad de una forma bastante progresiva.
Solo de este modo nos aseguran que la escucha completa de la referencia no esté marcada por un puñado de grandes hits, sino más bien por todo lo que surge a la hora de entrelazar ambientes totalmente cambiantes que se alternan entre lo lisérgico, lo pensativo y lo amenazante. De ahí que el enfoque del disco pase por no dejar ningún cabo suelto a la hora de saber cual es la misión de cada tema en el conjunto de la obra.
Desde los compases iniciales de este Cyclorama, se puede intuir como el grupo no busca el camino más directo en sus composiciones, sino que a través de un recurso abundante de efectos sonoros que siempre crean el falso juego entre lo orgánico e inorgánico, van conduciendo al oyente a apartados totalmente sugestivos. Así es como la introducción a la referencia con ‘Côme’ abre la puerta a un formato de electrónica solemne, todo ello acondicionando el territorio para la llegada de una ‘Ani Kuni’ que despliega sus armas en lo que supone indagar en ciertos coros africanos llevados al eurodance.
Con ese poder de lograr que el tema pase por un montón de etapas diferentes, nos ofrecen la idea de estar preparados para cualquier giro que pueda llegar, tanto en todo lo que sugieren las atmósferas liberadoras de los temas como en lo que suponen los ejercicios estilísticos más difusos. Sin ir más lejos, ‘magic’ el tercer corte del trabajo llega apelando al más puro estilo de música para ver amanecer de forma tranquila al más puro estilo de The Sound of Arrows.
En un disco tan complejo en todo lo que se refiere a su secuenciación, pero con la clarividencia suficiente como para que ningún tema se enrevese en melodías difíciles de recordar, también hay espacio para todo lo que sugiere la nueva ola francesa más asociada a bandas tan díscolas e imprevisibles como La Femme. Por ello, ‘Attrape-rêve’ nos ofrece una buena dosis de misterio indagando en un apartado rítmico más cerebral.
En esta línea en la que se busca apelar a los sentimientos que buscan que causan extrañeza, nos encontramos ante más episodios destacados como los de ‘Requiem’ y ‘Peter Pan’, evidenciando una vez más como no podemos dar nada por sentado en sus composiciones. Incluso cuando los experimentos un tanto rocambolescos llegan aún más lejos como es el caso de ‘Melody’, saben cómo responder bien para que el tema no pueda caer en los tópicos que encierran las influencias mostradas.
A pesar de ello, los momentos más disfrutables llegan cuando optan por fundirlo todo en lo que nos conduce hacia un espectro emocional más intenso, bien llegue por la vía de la agitación o por una más relajada como es el caso de ‘Les Jolies Choses’, la gran joya oculta del trabajo. En definitiva, el manual perfecto para facturar canciones electrónicas con elementos que se alejan totalmente de lo todo lo que marca el género.


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