La formación británica no ha perdido el tiempo a la hora de facturar su segundo LP, llegando prácticamente un año después de su debut New Long Leg. Aprovechando el reprís de esta referencia que les proporcionó tan buenos resultados, el grupo del sur de Londres ha optado por no darle muchas vueltas a aquello de publicar el segundo disco de consolidación, apostando por unas estructuras patentadas en su primer trabajo, pero también otorgándose una mayor libertad en todo lo relacionado con redondear su propuesta. Si en su anterior LP predominaban constantemente la urgencia y las narrativas donde los pensamientos compulsivos afloraban en su máximo esplendor, en esta nueva referencia hacen que todo lo que rodea los temas adopte un aire menos dramático. Solo de esta forma es posible hablar de situaciones marcadas por la ansiedad sin que resulten consumidos por ella, procurando para ello que sus guitarras no resulten tan angulosas e incluso se intuyan ambientes más relacionados con el jangle pop.
Tratando de entremezclar historias que apelan al surrealismo y las bromas internas más cambiantes, se podría decir que Dry Cleaning siempre esconden dos caras. La primera, sin lugar a dudas está relacionada adoptar un tono huidizo para alejarse de las acciones puramente displicentes que nos describen, mientras que en la segunda definitivamente bajan al barro para provocar un estado de estupor relacionado con descubrir ciertos funcionamientos elitistas que rigen las normas sociales. Este camino serpenteante que emprenden a la hora de dejar de lado cualquier tipo de juicio moral para que sea el propio oyente el que se encargue de ello vuelve a resultar uno de los mejores ganchos posibles del disco, evidenciando su capacidad para conducirnos a escenarios precisos sobre los que ocurren desgracias frecuentes de nuestros días. Sin ir más lejos, ‘No Decent Shoes For Rain’ recoge bastante bien esta cara el trabajo, introduciendo fuertes dosis de ironía que se acomodan a la perfección en la voz de la siempre enigmática Florence Shaw.
Otro detalle destacado de este disco llega en el momento en el que tratan de romper la concepción de canción lograda a partir de un único bloque rítmico. Si bien esto en su debut era uno de los motivos de admiración, de forma decidida se lanzan ahora a por todo lo que implica diversificar las dinámicas post punk más enraizadas. De ahí que alternen constantemente el peso de los temas entre las líneas de bajo más prominentes presentes en temas como ‘Conservative Hell’ y leimotivs melódicos de lo más ligeros como los de ‘Kwenchy Kups’. Así es como empujan sus piezas hacia una cara más relacionada con el art rock que huye de lo extravagante, gracias al cual centran todos los focos en unas historias que recogen muy bien los ánimos de la población británica y adornan perfectamente con una dosis de cinismo cocinado a fuego lento como bien ocurre en una ‘Liberty Log’ que supone un resumen perfecto del disco.
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