Sarah Tudzin ha logrado el disco definitivo hasta la fecha con su proyecto Illuminati Hotties, logrando que sus canciones miren en muchas direcciones diferentes y no solo quedarse en el agitado espíritu punk que caracterizó su anterior trabajo. Intuyendo como todo lo que tiene que ver con dotar a su música de una mayor inspiración pop está más que presente, en este Let Me Do One More logra controlar el ímpetu desmedido de sus composiciones para ofrecernos ganchos melódicos perfectos. En este giro hacia territorios donde la intensidad ya no es sinónimo de aceleración, llama también la atención la presencia de medios tiempos que se asemejan casi a un formato de balada que a la postre le sienta de maravilla. De esta forma encuentra una vía perfecta para canalizar las emociones más quebradizas y al mismo tiempo no dejar pasar la ocasión de tomarse la vida más a la ligera. A través de estas energías renovadas y una vez superados los malos momentos vividos cuando se vio forzada a editar un disco más con Tiny Engines a pesar de como el sello se hundía entre acusaciones de quedarse con el dinero de sus artistas, en estas canciones nos encontramos a una Sarah que toma de nuevo las riendas de su carrera sin ningún tipo de presión.
Iniciando el trabajo con una ‘Pool Hoping’ nos deja claro esa pasión porque cada una de las canciones de este disco pueda aspirar a resultar inolvidable, abrazando al mismo tiempo el vértigo del día a día y no obviando como dentro de él hay que estar preparada para combatir cualquier tipo de contratiempo que te encuentres. Esta línea de melodías infecciosas de las que gozan sus estribillos también está presente en una ‘MMMOOOAAAAAYAYA’ donde logra introducir algún que otro momento más que delirante a base de guitarras un tanto atonales y esa idea de deconstruir la imagen inmaculada que los demás pueden tener sobre ella. Aumentando cada vez más el tono mordiente con el que tratar de salirse de los comportamientos impuestos de forma contundente en la sociedad, a lo largo del disco se desarrollan un conjunto de historias donde destronar las ideas románticas, no dejarse comer terreno dentro de lo que se puede atisbar como una relación o incluso no ocultar las facetas más caóticas de su personalidad. Si algo queda claro es que en este disco Sarah quiere pasárselo bien e impregnar los temas de su sentido del humor.
Atreviéndose incluso a titular a un tema ‘Threatening Each Other re: Capitalism’ y arrojar una mirada cotidiana a todo lo que ha sucumbido al capitalismo, nos encontramos ante un episodio donde el surrealismo y el abatimiento real acaban por darse la mano para no poder diferenciarse. Sin embargo, todo esto no resulta ni mucho menos desconcertante, ya que indagando a fondo en el disco vamos a comprobar como la tónica general que nos encontramos es la de entremezclar asuntos que aparentemente están plagados de nimiedades, junto con otros donde realmente duele el comprobar como nunca se puede esperar nada de nadie, muy al estilo de lo que ocurre en ‘The Sway’. Por el camino, encuentra la inspiración suficiente para suavizar todas estas situaciones, bien sea a través de un tono más envenenado y misterioso como el de ‘Kickflip’ o echando a andar a través del pop rock noventero de manual como bien ocurre en ‘Cheap Shoes’. Sea como sea, todas estas canciones acaban golpeando de lleno en aquello de no dejar pasar el poder escribir sobre episodios ocurrentes donde darle sentido a lo alocado que supone vivir en los tiempos actuales.


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