La artista australiana ha logrado un valiente segundo trabajo que la sitúa como una de las voces más destacadas dentro de los terrenos del pop confesional que mira hacia los elementos acústicos. Después de irrumpir en 2019 con Beware of the Dogs, un perfecto tratado de temas con los que poner encima de la mesa situaciones como los comportamientos machistas, la forma la que actúan las personas cuando están al límite o simplemente ese sentido de alerta que tenemos que tener siempre activado, ahora está de vuelta con un disco donde mira mucho más allá de lo poderoso de sus singles.

Tomándose las cosas con calma y esquivando el facturar composiciones que gocen de gran inmediatez, Stella ha decidido que esta segunda entrega refleje un mayor cúmulo de reflexiones centradas en su vida, intercalándolas a las mil maravillas con situaciones que brotan de la pura cotidianeidad.

Si bien el disco arranca de forma decidida con ‘Lungs’ y ‘How Was Your Day?’, dos canciones con las que demuestra su capacidad innata para lograr temas efervescentes, ligeros y con una gran calado dentro de lo que implica mostrar los entresijos de las relaciones sentimentales, la referencia rápidamente va a girar hacia su tónica general mucho más relacionada con los medios tiempos.

Desarrollando por completo estas canciones como pequeñas narrativas en las que intercala momentos de gran revelación en lo referido a encontrar una forma de moverse por la vida que le proporcione menos incertidumbre, temas como ‘Underwater’ recogen la esencia de conectar pasado, presente y futuro de una forma para nada dramática y centrada en poder analizar ciertas situaciones desde múltiples perspectivas contrastadas.

Continuando en esta línea de profunda inspiración a la hora de diseccionar sucesos que parecen insignificantes, pero que a la postre marcan la forma de relacionarnos con los demás, llega ante nosotros una ‘Restricted Account’ que contiene todos los elementos que caracterizan la producción de este disco, siendo conscientes de como en su trasfondo están brotando multitud de arreglos delicados con los que aportar un mayor ambiente reconfortante al tema.

Partiendo de nuevo de pequeños leimotivs melódicos que acaban resonando con fuerza, no podemos pasar por alto ‘Move Me’, una de las grandes tapadas del disco que nos revela ciertos anhelos y como muchas veces la realidad nos despierta de ellos de la forma más abrupta. Incluso cuando avanzamos en la recta final del disco, más marcada por la casi completa desnudez instrumental, Stella no se olvida de escucha una vez más a su interior para poder afirmar como ante todo en este disco trata de comprenderse a ella misma.