Living Hour afrontan su tercer trabajo con todas las características presentes en sus anteriores referencias, enfatizándolas y al mismo tiempo lanzándose de forma atrevida a lograr un disco plagado de contrastes bien amortiguados con el que volver a poner en valor la importancia de encontrar nuestros momentos de desconexión con todo lo que nos rodea.
Si bien es cierto que la banda formada por Gilad Carroll, Adama Soloway y Sam Sarty siempre ha sabido como amplificar el sentimiento relacionado con una evasión hacia territorios que mantienes ciertas conexiones con las experiencias vividas en el día a día, esta referencia va aún más allá a la hora de ofrecernos situaciones donde se intuye una disociación que está mucho más presente en nuestra realidad de lo que desearíamos.
De esta forma logran vertebrar un robusto trabajo que los confirma como una de las bandas que mejor entiende el dream pop asociado a las guitarras que no ocultan su crudeza y nos acaban conduciendo hacia dinámicas completamente entregadas a todo lo que implica saber gestionar nuestros pensamientos más íntimos.
A lo largo de las once canciones que componen esta referencia, el trío efectúa un completo repaso a aquellas escenas que se presentan en el día a día y nos hacen sentir de una forma que casi siempre cuesta explicar con palabras. De ahí que el componente descriptivo encerrado en las narrativas de los temas adquiera un gran valor, siendo más que necesario para unir rémoras de recuerdos y partes del presente que implican ponernos a prueba en aquello de saber realmente quienes somos.
Tan solo basta con escuchar composiciones como ‘Lemons and Gin’ para ser consciente de ello, dándonos al mismo tiempo cuenta del gran poder visual que poseen estas canciones. Sin olvidarse tampoco de ciertos momentos en los que es preciso salir de los ambientes más vaporosos y candentes, no podemos pasar por alto una ‘Feelings Meeting’ donde colabora Jay Som, entregándose en ella a momentos mucho más shoegaze con los que tratan de poner sobre la mesa los momentos personales somos conscientes de que podemos perder el control sobre nosotros mismos.
Ahondando más en todo lo que implica componer canciones uniendo un cúmulo de sensaciones distantes y la forma en la que estas rigen nuestro comportamiento sin apenas ser conscientes, ‘Hump’ continúa abriendo la puerta a los espacios reflexivos que tienen que ver con lo que nos conecta a las personas más cercanas.
Basándose en una timidez melódica que poco a poco se va rompiendo para desembocar en otro bello tema de rasgueos delicados, la voz de Gilad nos guía hacia el cúmulo de indecisiones al que tenemos que hacer frente a menudo. En este apartado tampoco se queda atrás ‘Exploding Rain’, otra canción donde partiendo de escenas costumbristas podemos alcanzar lo más parecido a una paz mental que deberíamos ser capaces de alcanzar siempre que quisiésemos.
Todo lo contrario ocurre en ‘No Body’, uno de los grandes temas del trabajo por contenido e impresionante ejecución, donde la forma de sumergirse en lo desagradable de no cumplir con las expectativas que nos creamos sobre nosotros mismos es transformada poco a poco en una engañosa dulzura. Una muestra más de como Living Hour tiene un pulso perfecto para reflejas situaciones complejas desde puntos de vista totalmente reveladores.
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