Girlpool siguen haciendo gala de una delicadeza extrema a la hora de hablar de todas esas situaciones en las que nos acercamos al abismo más de la cuenta. Contando con el estupendo respaldo de su anterior LP What Chaos Is Imaginary en todo lo referido a abordar los episodios de aislamiento a través de un lado evasivo, relacionado con tratar de alejarse al máximo del ruido mental, ahora están de vuelta con un disco que bien podría suponer la continuación perfecta en cuanto a su contenido. El componente altamente confesional que siempre han encerrado sus letras vuelve a vivir nuevos episodios destacados, no dejando pasar por alto en esta ocasión todas aquellas emociones íntimas que acaban confeccionando la forma en la que las personas se mueven por el mundo. Sin dejar pasar la oportunidad de acercarse a un cúmulo de influencias más cambiantes, donde la importancia de las texturas sintetizadas gana enteros sin apenas darnos cuenta, el dúo confirma como a estas alturas al alcanzado una forma de componer canciones diferencial y muy centrada en no esquivar ninguno de los vaivenes que siempre aparecen por el camino.

Encontrándonos con una cada vez ambivalencia más sólida en las voces de Avery Tucker y Harmony Tividad, este conjunto de canciones atraviesan de lleno la catarata de situaciones en las que las relaciones sentimentales se encuentran a la deriva o se transforman en algo bastante indeseable. Sin embargo, como objetivo de los temas no aparece para nada el tratar de saldar cuentas con el pasado, sino más bien el de hacer prevalecer la fortaleza interior para saber como controlar estas situaciones una vez se presenten de nuevo. Sin ir más lejos, ‘Violet’ el que seguramente sea el tema que desborda mayor emoción del disco nos acerca de lleno a esa cara de frustración desmedida que acaba por reflejar lo necesario de la autoindulgencia y así encontrar una vía abierta para no sufrir más de la cuenta.  Con más momentos donde buscan rebajar esa forma en la que las situaciones que implican todo lo relacionado con el corazón nos sobrepasan, más momentos destacados se hacen presentes con la hermosa ‘Faultline’ donde recurren a su cara más aterciopelada y así evidenciar como las baladas de este disco encierran definitivamente el poso del ruido de las del anterior.

Encarando una cara bien diferente, Girlpool también han procurado que este disco sea toda una declaración de intenciones a la hora de crear un clímax más que necesario con el que poder saber como moverse a través de ambientes más nocturnos y desafiantes sabiendo que tienen totalmente el control. Por ello podemos observar un cierto componente más relacionado con encarar los temas a través de pequeños destellos sintéticos que tienden hacia los graves más envolventes, emergiendo temas como ‘Lie Love Lullaby’ como punta de lanza de esto que estamos comentando. Continuando con esta línea de narrativas más cargadas de intriga y personajes sobre los que se reflejan los pensamientos más compulsivos, tampoco podemos pasar por alto una ‘Country Star’ que posee ese efecto revulsivo que mejor define el giro pegado en el sonido grupo. Jugando sus mejores cartas en todo lo relativo a hacer que el ambiente mostrado adopte un aire de peligro constante, nos hacen ver como a estas alturas son capaces de plasmar a las mil maravillas la importancia que es abordar los giros del destino con toda la astucia posible.