En su cuarto LP, Dehd nos hacen ver como todavía son capaces de sacar el máximo partido posible a su fórmula lograr canciones de garage pop que siempre guardan el equilibrio perfecto entre las estrofas vocales desbocadas de Emily Kempf y esa forma de amortiguar las melodías de sus guitarras que tanto bebe del western. Por lo tanto, todas las cosas que les han funcionado en sus anteriores referencias siguen estando presentes en este Blue Skies, comprobando como estamos ante un álbum bastante continuista en la estética sonora. Incidiendo seguramente más que nunca en un apartado percusivo que se muestra directo y concreto, el grupo encuentra nuevas formas de reforzar todos aquellos momentos donde es necesario poner especial énfasis a su forma de purgar emociones bastante agridulces.

Avanzando a lo largo del disco no van a faltar todos aquellos momentos donde saben como simplificar al máximo sus temas y sacar el mejor partido posible. Seguramente esta es una habilidad que han ido potenciando a lo largo de los años y que dice mucho de la brillantez compositiva del grupo. Sin lugar a dudas llama la atención como ante todo ponen por delante el hecho de reducir su propuesta instrumental y aun así sacar canciones de lo más completas, algo que ocurre en intervalos del disco donde rebajan notablemente sus pulsaciones como bien ocurre en ‘Palomino’ o ‘Dream On’. Estos dos temas son un buen ejemplo de como siempre menos es más, haciendo que la línea de bajo en sí pueda resultar la mejor línea rítmica posible.

Surcando una vez más los territorios en los que tratan de poner el foco en situaciones sentimentales de carácter universal, donde logran partir de una historia de tintes personales que crece hasta volverse una estampa totalmente identificable, este disco contiene ganchos de lo más certeros en todas esas situaciones que rondan los devaneos amorosos sin ningún tipo de tapujo. De ahí que nos encontremos ante una ‘Empty in My Mind’ con la que dejar que el azar haga su parte en todo esto de las relaciones sentimentales, mientras que en la por momentos desbocada ‘Clear’ hace que se encienda una llama más pasional sin dejarse llevar por completo a través del entusiasmo de los primeros episodios de los encuentros digamos que casuales.

Otra de las sorpresas agradables que nos proporciona esta referencia, es que según va avanzando, nos encontramos en esta ocasión ante un conjunto de canciones más variadas y que gozan de recursos bien manejados en el apartado de los intercambios vocales o algún que otro arreglo de teclado que ayuda a mantener el constante espíritu contemplativo que reside durante toda la obra. De ahí que en esta ocasión también destaquen todas aquellas canciones que llegan casi como una balada existencialista al estilo de ‘Waterfall’. Todos estos detalles hace que la nueva referencia de Dehd sea quizás la más completa en su conjunto hasta la fecha, logrando que singles tan rotundos como ‘Bad Love’ se vean bien secundados por el sereno mapa afectivo que en esta ocasión han trazado magistralmente.