La artista canadiense ha logrado con su cuarto trabajo el conjunto más equilibrado de canciones de su trayectoria, otorgando el peso perfecto de sus influencias más relacionadas con la canción americana, pero también sabiendo en el momento en el que tiene que pisar el acelerador para saltar hacia un lado propiamente más noventero. De esta forma su primer trabajo bajo el cobijo de Double Double Whammy es capaz de convencer a los seguidores clásicos del sello, además de acercarse a esa forma en la que es necesario surcar la tradición norteamericana a base de recrudecer el sonido que sienta sus bases. Por todas estas cosas este trabajo supone una cuidada colección de temas donde abundan tanto las decepciones como esa forma de canalizar las energías positivas para no perder nunca la esperanza. Tan solo basta con escuchar ‘Headlines’, el que seguramente sea el single más claro del disco, para darnos cuenta de como Charlotte siempre logra levantarse y seguir con paso firme su camino.
Saltando del costumbrismo de las historias encerradas en sus temas a todo aquello que implican las reflexiones más certeras sobre como el formato de vida moderno hace una gran mella en nosotros sin sospecharlo, la artista consigue que estas cancones posean divagaciones más que necesarias sobre la productividad, la autoconfianza o la forma en la que debemos de sentir que el tiempo se nos escapa de las manos sin importarnos. Así es como canciones del estilo a ‘Pac-Man- logran erigirse como uno de los picos emocionales del disco, aventurándose en todo momento hacia esa cara relacionada con no dejarse llevar por los estados de ánimo pero sí al menos capturarlos de forma verídica en los temas. Una habilidad que a la postre resultará muy importante para configurar el carácter de una obra, que ante todo, siempre tratar de no esquivar los enveses de la vida y afrontarlos de forma decidida.
Logrando poco a poco moldear el sonido del disco hacia un lado más trepidante y relacionado con como artistas del estilo a Courtney Barnett hacen que sus canciones puedan sugerir grandes cosas a través de rasgueos profundos de sus guitarras, la ligereza impresa en temas como ‘Blame Myself’ propicia que la dinámica del disco siempre apunte hacia el no rendirse. Por lo tanto, los sinsabores encerrados en las composiciones no sirven como pretexto para caer en una espiral anímica de lo más lánguida, ya que incluso en ‘Drunk For You’ el tema del disco donde el hundimiento personal está más presente, Charlotte nos deja unas cuantas frases para pensar en tiempos mejores. Así es como siempre logra transformar el cierto halo de nostalgia que por momentos sobrevuela el trabajo en un espíritu de motivación por reimaginar el futuro.
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