Nandi Rose publica un nuevo trabajo al frente de Half Waif poco más de un año después de lograr con The Caretaker un disco totalmente determinante en su carrera. Seguramente aprovechando la dinámica de cambios estructurales en la forma de componer los temas de este anterior disco, la artista nos muestra ahora una referencia que suena aún más desatada y enfatiza sobremanera la cara más desgarradora de su música. Combinando tanto su lado más clásico y elegante a la hora de aferrarse al piano, junto con una concepción de pop oscuro y agitado, estas nuevas canciones nos dejan ante momentos donde el lamento y la desesperación llama a la puerta. Sin embargo, tampoco deja que el componente devastador predomine a lo largo del disco, ya que sabe también como encontrar situaciones más aliviadoras para reflejar la posibilidad de recuperarse de las heridas que deja el amor o simplemente el efecto implacable que tiene el tiempo sobre las personas queridas. Por ello este trabajo supone una auténtica exhibición acerca de cómo transformar la desesperación en lo más parecido a nuevos comienzos.

Desgranando el contenido encerrado en este disco, nos vamos a encontrar con una inicial ‘Fabric’ que sienta los cimientos de como se desarrollará el núcleo central de los temas, ya que la solemnidad determinada por los teclados supondrá uno de los recursos más valiosos de la referencia. De esta forma logra forjar el carácter del disco, alternando entre situaciones donde la soledad de lo cotidiano lo puede todo, al estilo de ‘Take Away The Ache’, y otras donde el afán por que lleguen los cambios en su vida resulta incontrolable, reflejándolo de buena forma en ‘Sodium & Cigarettes’. Por lo tanto, podemos afirmar que este disco parte de situaciones bastante comunes donde el estado anímico es normal que flaquee, evidenciando en todo momento las dudas que surgen acerca de cual será la dirección correcta en el camino vital que hay que seguir emprendiendo. Seguramente lo amenazador de la incertidumbre es lo que propicia que este disco a la postre se encuentre tan aferrado al plano de la realidad, evidenciando como los intentos por dar un espacio a la imaginación quedan frustrados tal y como se muestra en ‘Fortress’.

Analizando la forma en la que Nandi es capaz de abrir su abanico estilístico hacia géneros donde el componente sintético llega enormemente reforzado por los graves, no podemos dejar pasar como los puntos álgidos del trabajo giran alrededor de ello. De ahí que ‘Party’s Over’ o ‘Fortress’ cuenten con un respaldo importante en todo lo relativo a lograr un apartido rítmico que pueda calar hondo, canalizando mejor que nunca todo lo inquietante que supone no tener respuestas ante preguntas que prácticamente te ahogan. Sin dar tampoco la espalda a las situaciones en las que es preciso abordar la forma en la que el romanticismo y la confianza se evaporan sin apenas darnos cuenta, la artista también encuentra una temática atractiva que sirve para enfatizar el carácter vulnerable de estos temas. Sin ir más lejos, ‘The Apartment’ recoge toda esta impotencia y la convierte en una pieza tan delicada en lo emocional como fortalecida en su interpretación, dejándonos una vez más ante una dualidad que siempre nos ha atrapado a la primera en sus composiciones.