The Orielles han regresado al formato trío en su tercer LP, ya que Alex Sephens decidió dejar la banda para centrar todos sus esfuerzos en su otro proyecto Strawberry Guy. Este cambio seguramente supuso un auténtico reto a la hora de encontrar un nuevo camino, ya que en Disco Volador potenciaron al máximo todos los teclados de vertiente psicodélica que residían en él. A pesar de ello, si a algo nos tiene acostumbrados la formación británica, es a no dar nada por sentado en su música, sacándose de la manga ahora su referencia más experimental hasta la fecha con un Tableau que contiene un montón de rincones por explorar detenidamente.

Cayendo rendidos en esta ocasión a la escuela de sonidos etéreos de bandas como Stereolab y Broadcast, han sabido como armar un interesante discurso alrededor de una amalgama perfecta de aparataje sintético que se integra en lo rebajado de unas guitarras que se distancia por completo del componente melódico de los temas. Este nuevo enfoque les proporciona más que buenos resultado, ya que saben como logran un sonido coherente pero con la suficiente variedad a la hora de lograr que estas canciones suenen a cada cual más particulares.

Abriéndose paso dentro de todo lo que implica construir sus canciones desde un apartado ambiental en constante ebullición, donde los loops de carácter retrofuturistas van y viene para aportar una agradable aire de extrañeza a las composiciones, The Orielles saben como domar las dinámicas de la referencia para que el componente experimental del trabajo no resulte totalmente caótico. Por ello, desde las iniciales ‘Chono I’ y ‘Chrono II’ podemos intuir su capacidad para comenzar desde ciertos ritmos kraut y transformarlos de forma progresiva en piezas de electrónica modular, donde las voces sumergidas refuerzan un simbolismo de lo más atractivo y asociado al constante movimiento.

Esto es lo que ocurre en una ‘Airtight’ que se convierte en una de las grandes tapadas del trabajo y que al mismo tiempo es capaz de exhibir su obsesión porque no haya ningún silencio posible a lo largo de la obra. Esto se va a convertir en una máxima incluso en aquellos momentos que apuntan hacia una vertiente más cristalina y reposada como es el caso de ‘Some Day Later’, entregándonos un mayor respiro en revoluciones pero no en los pequeños destellos de sonido drone que sobrevuelan la composición.

Sin renunciar tampoco por completo al formato de pop guitarrero tan jovial con el que construyeron los cimientos del grupo, no podemos pasar por alto la otra cara del disco que viene marcada por canciones del estilo a ‘Television’ o ‘Transmission’, evidenciando en ambas como han sabido recortar de buena forma el empuje característico de sus composiciones y así adaptarlo a la tónica general de esta referencia.

Así es como ante todo priman el conjunto completo de la obra, teniendo muy en mente cuales son las coordenadas sonoras que pretenden alcanzar y cual es el camino necesario para lograrlas. En definitiva, ideas bien asentadas que además son ejecutadas sin ningún miedo a que se disuelvan en apartados atmosféricos que transitan en todo momento entre lo reconfortante y el reto de no volverse los completos protagonistas de los temas.