Nick Rattigan y Jacob Rubeck nos han demostrado a lo largo de todos estos años al frente de Surf Curse como son una banda que no quiere vivir de las rentas. Partiendo de unos inicios donde el garage surf más descacharrado y las melodías más impulsivas llevaban sus composiciones en volandas, decidieron ganar en técnica y apostar por las bondades de la exploración de la canción americana. Esto les llevo hacia un Heaven Surrounds You que supuso su obra más decelerada pero también la más coherente. Canciones a ralentí donde los personajes intercambiaban sueños y anhelos para ofrecernos estampas centradas en aguantar los envites vitales. Pues bien, después de esta obra con la que comenzaron a dar el gran salto hacia nuevos públicos, llega el momento de alcanzar una nueva cumbre gracias a Magic Hour, un disco de corazón caliente pero también cargado de la sensibilidad suficiente para hacer que los singles rotundos lleguen por múltiples vías.
Destripando esta referencia nos vamos a encontrar ante una banda que sabe cuándo tiene que cambiar de marcha y explotar todo lo infeccioso de sus estribillos. Poco les importa que estas canciones miren hacia direcciones muy diferentes como puede ser el grunge bajo control encerrado en 'Self Portrait' o esos atisbos de glam pop con los que enriquecen el primer tramo de 'TVI'. Da igual hacia donde tiendan su mirada porque en el fondo lo que hacen es primar que las canciones hablen por sí solas. De ahí que no resulte raro encontrarnos ante un disco que funciona como una auténtica montaña rusas, con cambios de ritmo constantes que ayudan sobremanera a que las narrativas puedan aflorar de una forma entusiasta y con esas ganas de rememorar experiencias llevadas al límite pero que se acaban resolviendo en la mayoría de los casos de una forma bastante favorable.
Como si se tratase de capturar ciertos momentos que de forma significativa han marcado sus vidas, todo ello con la vista puesta a que puedan ser compartidos de una forma bastante universal, llama la atención su gran atino a la hora de reflejar pensamientos interiores cargados de vulnerabilidad cómo puede ser el caso de una 'Lost Honor' que abre el camino hacia las buenas dosis de épica que están encerradas en el disco. Con autocrítica pero también con la valentía necesaria como para equivocarse de nuevo y admitirlo, canciones como la inicial 'Arrow' también son un buen ejemplo de esta nueva forma que tiene el grupo de enfocar su lírica, resultando las estrofas claves de los temas acompañados por situaciones de guitarras crispadas con las que logran un efecto revulsivo que para nada pasa desapercibido. A través de todas estas características Surf Curse nos hacen ver que son una banda de rock total que por fin ha dado con la tecla para equilibrar su cara más abrasiva y el sentimiento poético que han ido desarrollando a medida que han transcurrido sus referencias.
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