El nuevo álbum de Squirrel Flower Tomorrow's Fire representa la consolidación definitiva de la cantautora Ella Williams como una de las voces más relevantes de la escena musical independiente actual. Con su tercer trabajo de estudio, Williams entrega una obra ambiciosa y cautivadora, profundamente arraigada en sus vivencias personales y creativas.
Grabado entre los aclamados estudios Drop of Sun en Asheville y Tempel Studio en Chicago, este disco encuentra su génesis en los paisajes de las míticas Indiana Dunes. Situadas a orillas del Lago Michigan, las dunas conforman un área protegida cuya belleza contrasta con el telón de fondo industrial de grandes acerías y centrales nucleares en los alrededores. Esta yuxtaposición entre naturaleza y progreso vertebra el espíritu del álbum, una dualidad que Williams traduce en una propuesta musical de guitarras abrasivas y atmósferas etéreas.
Tomorrow's Fire se abre con 'I Don't Use a Trash Can', una nueva versión del primer tema en la carrera de Squirrel Flower allá por 2015. La canción, originalmente minimalista, adquiere ahora una producción envolvente gracias al trabajo de Williams junto a su co-productor Alex Farrar. Su evocadora voz parece suspendida en el tiempo, sumergiendo al oyente en una experiencia catártica e introspectiva, anticipando el tono del álbum.
Temas como 'Almost Pulled Away' o 'Stick' funcionan como potentes falsos singles, con letras que conectan con frustraciones universales sobre el difícil camino para abrirse paso en el mundo del arte. Letras desgarradoras sobre una base sonora furiosa, perfecto complemento a la intensidad del mensaje. Se trata de una Squirrel Flower que hace gala de una mayor urgencia creativa, volcando sus demonios interiores en una propuesta que bebe del indie rock y el noise pero los trasciende en pro de una voz propia.
A lo largo de sus diez cortes, en Tomorrow's Fire palpitan las inquietudes vitales y anímicas de una Ella Williams en constante búsqueda personal, tras años de extravío entre las demandas externas y el afán por satisfacer expectativas ajenas. Inspirada por figuras como Kim Gordon, la cantautora parece abrazar ahora su voz interior de forma visceral. Sus letras diseccionan el amor, la pérdida o el paso del tiempo desde un ángulo descarnado e introspectivo.
La historia y los paisajes estadounidenses también están muy presentes, en temas como 'Canyon' que narra vívidos personajes anclados en entornos en transformación. La inspiración vintage del country y el rock clásico se actualiza con guitarras expansivas, siempre al servicio de potenciar la distintiva voz de Williams. Una voz que emerge majestuosa en canciones como 'When a Plant is Dying', desgarrada sobre tormentas de guitarras pero dueña de una calidez interna conmovedora.
En canciones como 'Full Time Job' expresa la frustración por tener que dedicarse por completo a algo que no llena ni permite progresar económicamente. Mientras que en 'Alley Light' narra una historia de amor desde la perspectiva de una persona sencilla que intenta conquistar a otra, aunque teme no estar a su altura. Por otro lado, 'When a Plant Is Dying' transmite desolación pero también esperanza, comparando metafóricamente la muerte de una planta con esparcir semillas para un nuevo crecimiento. E 'Intheskatepark' refleja los sentimientos del enamoramiento adolescente y la libertad del verano. Todo ello conforma una obra redonda que conectará profundamente con los oyentes.
Squirrel Flower logra una obra exigente que requiere una escucha activa y está llamada a que los oyentes se sinceren sobre sus propios malestares. Williams demuestra una visión y sensibilidad únicas para traducir lo personal y lo universal en canciones de una belleza abrasiva. Tanto sus letras atormentadas como sus melodías etéreas se graban a fuego en la memoria del oyente para lograr el que seguramente sea el disco más destacado de su carrera.


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