Muchas veces cualquier evento que ocurra en nuestras vidas puede hacer que el pasado nos golpee con fuerza. Esto es lo que le ocurrió a Siv Jackobsen en el momento en el que se vio regresando a lo que durante buena parte de su vida consideró como su hogar, teniendo que hacer frente a una inusitada catarata de recuerdos que afloraban sin saber muy bien cómo. De esta forma experimento en poco tiempo una serie de reacciones de su cuerpo y su mente que no sabía controlar hasta que encontró en el escape compositivo la forma correcta de poner todo en su lugar. Así es como surgió su cuarto LP de estudio, estando al mismo tiempo ante su obra más completa y repleta de detalles que reflejan todo el esmero volcado en unas piezas puramente confesionales. Este Gardering sin lugar a dudas supone lo más parecido a diseccionar etapas vitales que poseen hechos que hacen que nunca las pueda desligar de su persona, encontrando la sensibilidad necesaria para intentar suavizar todos los conflictos que aparecen en el momento en el que su yo actual hubiese actuado de una forma muy diferente al de su pasado.

Buceando de lleno en la referencia, llama la atención como casi siempre partiendo de un núcleo acústico, de forma casi imperceptible nos damos cuenta de cómo se han ido sumandos más instrumentos hasta conformar un manto cálido con el que poder desarrollar temáticas bastante complejas. Bajo estas características van emergiendo composiciones que definen muy bien las sombras a las que se tuvo que enfrentar en la creación de los temas. Este es el caso de una ‘Romain’s Place’, donde la fortaleza personal hace que se pueda desquebrajar el miedo más paralizador, o también como en ‘Bad By Design’ logra que florezca al máximo el amor alejado de su concepto romántico. Por el camino, tampoco se olvida de encontrar una voz narrativa en primera persona que le permita encontrar una tan dolorosa como necesaria autoindulgencia, plasmando todo ello a las mil maravillas en ‘Birthday’.

Otro de los buenos aspectos que posee el trabajo es como la intensidad emocional volcada logra ser bien amortiguada en todo momento. Para ello, Siv recurre a unas líricas que modula acorde a un manto instrumental que resulta de lo más compacto. Por ello tampoco renuncia a mostrar unas historias más camufladas en metáforas como es el caso de ‘Tangerine’, apostando de este modo por lograr transmitir la forma en la que muchas veces tratamos de forzarnos a expresar lo que llevamos en nuestro interior, pensando que esto es positivo para nosotros. Sea como sea, si a través de la no existencia de filtros a la hora de mostrar sus vivencias, o bien echando mano de un lenguaje más poético, queda claro que la noruega acierta de lleno en lo que representa enfrentarse cara a cara con las diferentes versiones de ella misma en el pasado. Una tarea que resulta sumamente compleja pero que una vez recogida a lo largo de esta referencia refleja fielmente la valentía y madurez necesarias para enfrentarse a tal desasosegante proceso.