La banda neoyorquina Nation of Language acaba de lanzar su tercer álbum de estudio, titulado ‘Strange Disciple’. Con este nuevo trabajo discográfico, el trío conformado por Ian Devaney, Aidan Noell y Alex MacKay reafirma el característico sonido synth pop ochentero que los hizo destacar con sus anteriores producciones Introduction, Presence (2020) y A Way Forward (2021).

Si bien musicalmente Nation of Language continúa explorando esa vertiente retro futurista post-punk tan representativa de su propuesta artística, con Strange Disciple llevan su música a una nueva dimensión, ampliando su paleta de texturas y colores. Encontramos así guitarras, baterías en vivo y nuevos ritmos, que se entrelazan mágicamente con las cajas de ritmos y los sintetizadores vintage.

Este disco está impregnado por una atmósfera onírica y melancólica desde el inicio, con la etérea ‘Weak in Your Light’ abriendo el camino: “Come on in and sit beside me, where the waters collide / Bathing me in the iris of your widening eyes”. La voz profunda y evocadora de Devaney nos introduce en ese mundo de ensoñación del que es tan difícil salir.

El ritmo se acelera con ‘Sole Obsession’, el primer sencillo, que nos habla de obsesiones, ídolos extraños y discípulos con versos como “Empty idol, strange disciple” sobre una base rítmica hipnótica y sintética. Este tema marca el tono del álbum, explorando las múltiples aristas de la obsesión, ya sea por una persona, una droga, un sentimiento.

En ‘Surely I Can't Wait’ el desengaño amoroso se apodera de la letra: “Truth is that I'm better off I know / But I can't stand the pain”. Mientras, ‘Swimming in the Shallow Sea’ transmite la impotencia de ver a ese amor inalcanzable mientras todo parece sumirse en el letargo permanente.

Uno de los puntos altos es ‘Too Much, Enough’, donde descargan su frustración contra la sobreinformación y la telebasura, con versos como “Too much, enough / A talk show that cannot help but hurt”. El ritmo frenético de sintetizadores distorsionados refuerza esa sensación de hartazgo.

En el luminoso tema ‘Sightseer’, la posibilidad de avanzar planea con esperanza: “Maybe I'll have to feel this on my own / You can get what you want: Experiences, I'm told”. Mientras, ‘Stumbling Still’ se erige como un momento catártico y bailable, dejando atrás el dolor: “But I've been stumbling still waiting to fall / Out on my own in front of you all”.

Nation of Language cierran su obra con ‘I Will Never Learn’, una reflexión sobre los ciclos de autodestrucción y las lecciones que nos empeñamos en no aprender. Con ‘Strange Disciple’ han demostrado que se puede rendir tributo a una época dorada de la música sin sacrificar la autenticidad. Sus composiciones rebosan emoción y nostalgia, y conectan directamente con el oyente de hoy. Este es solo el comienzo de una carrera que está llamada a marcar un antes y un después en la escena synth pop actual.