Greg Mendez nos tiene muy bien acostumbrados a lograr discos que, partiendo del minimalismo, logran siempre impactar en el centro de nuestra diana emocional a base de moverse habilidosamente a través de la ligereza melódica y presentarnos historias donde siempre sabe cómo abordar los sentimientos más sobrecogedores. Su nuevo disco homónimo se encuentra de nuevo en esta línea, resultando incluso aún más despojado de instrumentación que su anterior trabajo, ‘Cherry Hell’, y centrándose más que nunca en realizar un viaje a lo largo de todo lo vivido para filtrar todo aquello que realmente le ha marcado, tanto para bien como para mal. Dándole vueltas al carácter efímero que tienen todas nuestras acciones y a esa sensación de cómo es imposible poder decelerar mínimamente el paso del tiempo una vez que se supera la adolescencia, Greg es capaz de armar unas canciones que tienen mucho de reflexión y que acaban escapando a la mayor impronta de sonido nostálgico que quizás es la primera capa que se puede percibir en sus temas. De esta forma, arroja algo más de luz y encuentra una forma de serenar su interior, algo que se hace patente desde la inicial ‘Rev. John/Friend’, donde lidia con la difícil situación de cómo acomodar a una persona una vez que la relación entre ellos ha cambiado completamente.

Ejecutando buena parte de sus canciones como recortes de recuerdos y así realizar un collage emocional de gran valor, los temas del estilo de 'Shark's Mouth' o 'Cop Caller' nos ofrecen estampas que se intuyen como críticas abordadas desde la perspectiva de intentar actuar de la mejor forma posible y buceando a fondo en cómo muchas veces es más complicado de lo que pensamos ponernos en la piel de otra persona. Ya sea mostrándonos historias en primera persona o refiriéndose a otros personajes, el músico muestra una forma de composición bastante relacionada con ser consciente de cómo los peligros vitales muchas veces resultan bastante insospechados, por lo que hay que intentar convivir siendo conscientes de ellos y al mismo tiempo intentar que el intuir su presencia no nos paralice. 'Maria' podría ser una buena canción que ilustre todo ello, dejándonos ante dos chicas que tratan de huir de la policía justo cuando pensaban que atravesaban un momento más favorable que en el pasado. La gran capacidad del músico para ilustrar fielmente situaciones un tanto delicadas con los detalles suficientes es una de las características más brillantes de este disco, unido a un sonido recogido con el que trata de no opacar en nada el contenido lírico.

A medida que avanzamos en el trabajo, nos encontramos ante la dificultad de superar nuestros propios errores. Todo esto se refleja en una mirada esperanzada, donde las segundas oportunidades y la importancia de volver a confiar en los demás tienen un papel fundamental. Es por eso que momentos brillantes del disco llegan con ‘Goodbye / Trouble’, que resume muy bien el mensaje que Greg nos quiere transmitir en este trabajo. Tampoco se queda atrás ‘Clearer Picture (of You)’, otra canción donde nos muestra a personas que han sido llevadas al límite por las circunstancias, tratando al mismo tiempo de mostrar una visión que escape de la oscuridad que estas situaciones encierran. A pesar de reflejar toda la desilusión que se produce cuando las personas queridas nos fallan, lo bueno de este trabajo es que no da la espalda a recuperar todos esos momentos amargos para intentar construir algo nuevo a partir de ellos, evitando al mismo tiempo la idea de “sacar algo positivo de las situaciones negativas”, sino más bien buscando las herramientas necesarias para evitar que se repitan. Con todos estos pensamientos valiosos, el músico construye un disco conmovedor desde el primer acercamiento.