La artista establecida en Brooklyn nos presenta un primer trabajo de lo más entretenido de principio a fin, estando ante una de esas referencias donde todas las influencias resultan bien asumidas y filtradas a través de una perspectiva de lo que implica hacer pop de guitarras en nuestros días. Todo lo que nos vamos a encontrar en este Sublimation tiene mucho de esa idea de partir de conceptos sonoros sólidos para irlos deformando de una forma habilidosa a través de un poderío melódico que guía en todo momento el disco, propiciando de este modo que las narrativas a medio camino entre las experiencias personales y la aspiración de la universalidad puedan resultar de lo más visuales.
Caminando por los derroteros del sonido noventero que no esquiva las atmósferas ruidosas, pero también el efecto poderosos del aquel pop de principios de los 2000 que aspiraba a llamar la atención del gran público, la artista construye unas canciones donde nos habla de indecisiones, recuperarse cuando te rompen el corazón o también saber cuándo es necesario abandonar tus objetivos. Todas estas temáticas resultan presentadas de una forma totalmente natural, tirando de historias que poseen múltiples detalles narrativos.
Arrancando el disco con ‘Narcissist’ nos muestra toda una declaración de intenciones acerca de lo robusto que resulta el sonido del disco en líneas generales, desvelado como entre sus canciones tienen cabida rasgos grunge y una pedalera que puede acercarse sin ningún problema hacia momentos de auténtica fiereza. Sentando también las bases acerca de la forma en la que se analiza a ella misma, pudiendo resultar crítica y exigente, Shalom nos abre la puerta a toda esa maraña de pensamientos confusos que no nos va a resultar nada complicado comprenderlos al máximo.
El tono altamente personal de estas canciones, donde muestra lo extraña que se ha encontrado en diferentes puntos de su vida, se va a seguir manifestando con claridad en una ‘Happenstance’ en la que se empiezan a colar esos ritmos más propios del hip hop, todo bien amasado a través de arreglos que resultan bien ingeniosos y que nos hacen ver lo versátil de la referencia. Sin perder nunca de vista la importancia que tiene el poder depurar recuerdos de esos que parecen atrapados para toda la eternidad y muchas veces impiden el poder avanzar, tampoco podemos pasar por alto la repleta de buenos ganchos melódicos ‘Soccer Mommy’, demostrándonos como este es un disco donde constantemente viaja entre el presente y el pasado.
Más momentos donde nos hace ver como este disco también tiene sus moderados riesgos estilísticos, llegan gracias a una ‘Did To Myself’ donde no duda para nada en lanzarse a las garras del vocoder para moldear una canción aferrada a las historias juveniles que dejan huella. Sin ocultar tampoco una mayor oscuridad que reside en los pensamientos más devastadores, este disco también cede un espacio a un formato de canción más inquietante, donde los graves se acentúan para dar paso a canciones como ‘Bodies’ y su correspondiente respuesta en clave rock como es el caso de ‘Live Trough This’.
A pesar de ello, la tónica general que guía el final de la referencia sigue siendo el intentar no hundirse y poder hacer frente de forma decidida a todo el caos mental que se ponga por medio. De esta forma surge una ‘Mine First’ que se erige como una pieza capital en la referencia, condensando de buena forma todo lo que implica el evolucionar a base de infortunios y poder darse cuenta de una forma totalmente decidida.
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