Dejando al lado Poppies, su proyecto titular, May Rio se decidió por empezar a componer nuevos temas en solitario durante la cuarentena. El resultado de aquel período tan confuso de su vida se puede encontrar en un LP debut titulado Easy Bummer, logrando una referencia de lo más entretenida que apunta aún más hacia el pop fulgurante, polirrítmico y por momentos aterciopelado de lo que hace con su otra formación. Si bien de nuevo el núcleo de estos temas lo componen unas guitarras de lo más risueñas, estas canciones poseen un fuerte componente sintético que por momentos toma las riendas del disco. Así es como logra poder alternar entre un juego de medida oscuridad y momentos un tanto divertidos y alocados donde cuestiona si realmente todo lo que tenemos a nuestro alrededor es real. Delirios surgidos de forma evidente de un tiempo de aislamiento que resulta afrontado con ciertas dosis de humor y episodios surrealistas que afloran a medida que transcurren los temas. Por ello estamos ante un disco que goza de una gran ligereza pero que al mismo tiempo también posee cierto poso de reflexión en los relatos presentados.
Comprobando a lo largo del transcurso de la referencia como todo lo que nos plantea May en sus veintipico reviste de esa cierta dosis de angustia existencial que logra disolverse a través de intentar ver la vida de una forma no tan amenazante, temas que apuntan hacia un apartado de indie rock más clásico como es ‘Gravy Baby’ ponen de manifiesto el valor de estar abierta a las experiencias más cambiantes que surgen a nuestro alrededor. Todo ello llega ejecutado sobre unas armonías vocales totalmente entregadas a ese afán por huir de la linealidad y encontrar al mismo tiempo algún que otro gancho melódico que se adhiera a nuestro cerebro durante una buena temporada. Así es como la máxima expresión de esta característica se manifiesta en ‘songForNeo’, una pieza cambiante donde tampoco da la espalda a la posibilidad de introducir un mayor ruido de fondo que pueda aportar matices más brumosos y extraños al tema. Motivos más que evidentes por los que estas canciones acaban conteniendo ciertos elementos que aportan mordiente a todo lo que implica salirse de la línea edulcorada que en un primer momento nos podría sugerir la voz de May.
Profundizando algo más en el apartado más relacionado con pequeños relatos con los que abrir la puerta a todas esas contradicciones que tienen que ver con nosotros mismos, ‘Reasons’ se abre paso de una forma tenue pero decidida, evidenciando como la cara más bedroom pop del disco también tiene muchas cosas que aportar. Del mismo modo, el tono costumbrista y confesional se ve enormemente reforzado en la inicial ‘Butter’, una canción con la que liberar malestares y mostrar al mismo tiempo algo de autocomplacencia. Tratando de que tampoco decaiga lo que supone no dejar de apoyarse en la imaginación para poder escapar el día a día ‘Jojo’ supone una de las canciones más extravagantes y alucinadas del disco, haciéndonos ver como May también profesa su amor por una raíz más psicodélica en su música que permita que todo posea un punto narcótico de lo más irresistible. Recursos que acaban redondeando un disco de esos que sirven para localizarlos en un lugar bastante lejano a pesar de estar atrapados entre cuatro paredes.


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