La formación vallisoletana lleva unos cuantos años dejándonos canciones con las que asentar de buena forma su pasión por todo aquello que susciten las capas de ruido capaces de conducirnos a apartados totalmente liberadores.  Así es como a través de una estética sonora muy noventera logran sacar el mejor partido a todas las bandas que partieron de aquella época para lograr calar hondo dentro de la música de guitarras que es capaz tanto de abrazar como de quebrar los días más grises. Una ambivalencia que sin lugar a dudas está muy presente en la música de Hooray For Humans, demostrando en todo momento una gran sensibilidad a la hora de trazar líneas melódicas que sean capaces de conducirnos a todos aquellos estados de ánimo en los que ni nosotros mismos no sabemos muy bien ni como nos encontramos. Basta con detenerse en ‘Soft Colors’ para poder apreciar todos los matices que subyacen a los muros de sonido, pudiendo desgranar todos aquellos momentos donde el carácter metálico de sus guitarras sirve como perfecta guía para moverse entre el desánimo.

Si observamos su trayectoria gracias a su EP homónimo publicado en 2018, podremos rápidamente darnos cuenta de lo bien que saben surcar todos los territorios que implican sonar sugestivos y conducirnos hacia esos estados mentales donde los recuerdos vuelven más nítidos que nunca del pasado. Bien sea a través de una vía más slowcore, como a través de otra bastante diferente donde el noise rock más ambiental también juega su papel, el trío sabe como sacar el mejor partido a todo lo que implica tensionar los temas, emergiendo ‘When We Sleep’ como el perfecto ejemplo con el que ilustrarlo. Logrando llenar toda la composición de unas texturas totalmente ásperas, con las que contrarrestar esos momentos de flaqueza donde parece que todo va a sucumbir, logran amortiguar los contrastes existentes entre el juego de estados crispados y su pertinente respuesta en forma de voces graves que quitan peso al asunto.

Dejándonos llevar de lleno por las sensaciones relacionadas con reconfortarse siempre en los punteos lentos que marcan el camino hacia mayores episodios de esperanza, parece bastante claro lo cómodos que se encuentran en canciones como ‘Tenth Floor’, pudiendo desgranar de forma minuciosa todas aquellas estampas contemplativas que acaban jugando un papel destacado en nuestra memoria sin apenas enterarnos. Así es como logran exhibir su buen hacer en todo lo referido a capturar el encanto de las escenas más apacibles, agarrándose con fuerza al poder aliviador que poseen. Incluso cuando el tono se ensombrece y se aproxima más que nunca a algún que otro recurso del grunge más minimalista, también son capaces de destacar sobremanera a través de detalles melódicos que perduran en la memoria como es el caso de todos los interludios mostrados en ‘Never Stopped Raining’. Así es como amplían la paleta de posibilidades hasta límites insospechados y al mismo tiempo no dejan de facturar el tipo de música que llevan amando toda su vida.