Madelyn Strutz nos muestra con su LP debut On The Wind como su forma de componer canciones está muy relacionada con capturar los estados de ánimo más favorables y las sensaciones que tienden a provocar la pérdida de la noción del tiempo. Todo esto es lo que podemos extraer de un trabajo que vio la luz originalmente en 2021, pero que ahora Woodsist se encarga de editarlo oficialmente en formato vinilo. Situándonos un poco en contexto, la artista ahora establecida en Brooklyn nos entrega un conjunto de canciones que grabó en Taos (Nuevo México) en una estancia en la que convivió con otros músicos. A medida que las restricciones y el aislamiento iban llegando, Madelyn optó por intentar alejarse de la realidad tirando de recursos de grabación caseros, obteniendo de este modo unas composiciones que tienen bastante que ver con aliviar el peso de aquellos días.

Sabiendo muy bien como asentar todas las influencias que conviven en su música, este disco nos conduce de lleno hacia la raíz americana intrínseca de sus melodías, pero también hay espacio para juguetear con estructuras propias del free jazz o ese funk un tanto psicodélico con el que aportar a todo un mayor aire narcótico y huidizo. Simplificando de buena forma la instrumentación, la forma de revolotear alrededor de todas las experiencias a medio camino entre lo onírico y lo real marcan la hoja de ruta del trabajo. Todo lo que nos vamos a encontrar aquí parece estar ejecutado a modo de un recuerdo que vuelve de una forma tenue pero reveladora, no importando para nada el tiempo que sea necesario para procesarlo. Para lograr este efecto, Madelyn se recrea al máximo en los medios tiempos instrumentales de líneas de bajo profundas y un trasfondo de teclados que parecen vivir suspendidos en el aire. Tan solo con escuchar composiciones como el single ‘Inner Sea’ podemos entender la forma en la que moldea el sonido hasta alcanzar un componente ciertamente espacial.

Intentando también plasmar el clima seco pero impetuoso del lugar de grabación, la forma tan impresionista que tiene de dejarnos ante estampas donde trata de reflejar la viveza de un lugar donde parece que no ocurre nada llama la atención sobremanera. Así es como surgen composiciones del estilo a ‘Watching From The Window’, una canción con la que podemos entender muy bien todos aquellos coqueteos con los ritmos funk arropados bajo un sonido que remite al western más árido. Limando al máximo los bordes de los temas, para lograr de este modo pequeños cambios progresivos que propicien que las composiciones ante todo no pierdan su gran efecto reconfortante, el desarrollo del disco se produce siempre por aquellos territorios marcados por las melodías vagas y pegajosas. Por ello no tiene ningún tipo de complejo a la hora de mostrarnos temas instrumentales que refuerzan todo el simbolismo a medio camino entre lo místico y lo necesario que es cuestionarse cualquier experiencia vivida.