El año no pudo terminar de una forma más agradable en materia de un regreso musical que ansiábamos desde hace uno tiempo, ya que Júlia Reis publicó de forma sorpresiva su primer LP en solitario. Lejos quedan ya aquellos años donde al lado de su hermana Maria se encargaban de facturar unas canciones de impronta punk dentro de Pega Monstro, un grupo de esos que se recordaban fácilmente gracias a esa energía sin filtrar que desprendían sus canciones. Precisamente en Benefício da Dúvida, el último EP de su hermana se encargó de participar en varios de los arreglos que aparecían en los temas, logrando que sonasen aún más completos en su vertiente folklórica. Pues bien, lo que no sabíamos es que por aquel entonces Júlia se tenía entre manos un fabuloso que por fin ha visto la luz bajo el nombre de Ó Nossa, encontrando en sus recientes años de maternidad el espacio preciso para hablarnos de la vida, la alegría, la ansiedad y otras sombras que aparecen ante un proceso tan complejo como es el de la crianza de una hija.
Si bien la única referencia que teníamos en Júlia en solitario era Só no Fim, un EP que había editado bajo el nombre de Jewels en 2013 donde nos mostraba tres canciones livianas, cotidianas y sumergidas dentro del encanto de las grabaciones caseras, todo lo que aparece en este Ó Nossa resulta cuidado al milímetro y sujeto a una gran creatividad para transitar por los elementos de la canción tradicional portuguesa que se sumergen de lleno en una gran luminosidad pop. Enfocando estos cortes como una muestras de agradecimiento a ese nuevo impulso vital que provoca encontrar unos vínculos afectivos totalmente diferentes a los que podrías sentir por cualquier otra persona, la forma en la que Júlia nos entrega estas canciones está muy relacionada con proporcionar esa pausa precisa para procesar el amor que profesa ante su hija. Este no será tan solo la única temática presente en la referencia, pero sí que será el guion a seguir en canciones como la inicial ‘Malmequer’ o la que toma nombre del título del disco.

Sumergiéndonos al máximo en la referencia, resulta sencillo quedarse prendado de la sencillez con la que Júlia dota a las canciones de un gran espíritu de júbilo, sin olvidarse nunca de aportar una gran definición melódica con la que las composiciones discurren casi siempre de lo más risueñas. Con pocos elementos como teclados, una guitarra y un bajo es capaz de hacer que los temas suenen de lo más completos, huyendo siempre de cualquier montaña rusa arreglística para así entregarse de lleno a unas narrativas que no esconden nada más que honestidad que muestran. Incluso en esos momentos donde parece que la luz se difumina entre siluetas más desconcertantes como ocurre en ‘Gentil’, la artista portuguesa en todo momento mantiene las pulsaciones constantes para encontrar esa clarividencia que proporciona el cantar siempre sobre las experiencias vitales más determinantes. Además, los textos y estructuras que toma prestadas como ocurre en ‘A Cabeça’ acaban enlazando a las mil maravillas con la temática reflejada en el disco, trazando puentes y así logrando poner en común narrativas que más que nunca merece la pena actualizar y preservar.


Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.