En multitud de ocasiones, en el mundo musical nos encontramos con colaboraciones de esas que parecen totalmente naturales debido a las canciones que facturan sus componentes por separado. Este es el caso de Soft Hair, la unión del excéntrico neozelandés Connan Mockasin y Sam Dust, más conocido por su falsete al frente de LA Priest. De dos mentes tan inquietas que le dan al pop más anárquico, donde la psicodelia se deforma entre voces andróginas, obtenemos un disco variado y entretenido. La elegancia propia del pop 80 tan desplegada por Sean Nicholas Savage, toma un mayor protagonismo que en las composiciones por separado de los dos músicos, provocando una extrañeza en las melodías que mantiene al oyente atento a los cambios que se puedan dar a lo largo del LP. Dentro de todo este ambiente tan cambiante como anestesiante, los dos músicos pueden experimentar de forma muy alocada pero siempre con una personalidad muy definida.
Los ocho temas que componen el trabajo van a resultar auténticas aventuras psicotrópicas hacia historias de lo más surrealistas, encontrándonos amores de lo más absurdos, anhelos y confusiones de identidad. Seguramente el hecho de ser un trabajo escrito de forma intermitente, ha provocado esta gran variedad en el contenido de los temas como en el empleo de recursos de lo más amplios. Desde el inicio de ‘Relaxed Lizard’ nos vamos a dar cuenta del carácter narcótico y aterciopela de los temas, encontrándonos como los sintetizadores cambian de forma constante, a la par de jugar con sonidos de pocos bits y una necesidad por abstraerse del espacio temporal actual. Por ello, canciones como ‘Lying Has to Stop’ suenan tan deformadas, siguiendo el especial patrón que tan buen resultado ha dado a Unknown Mortal Orchestra en estos últimos años.
El carácter espacial que brota del esa parte pop tan alucinógena a la que nos tiene acostumbrados el francés Sébastien Tellier, también tiene su protagonismo en temas como ‘Alive Withouth Medicine’. Sonidos de válvulas, bases funkies y delirios crecientes que aportan total realismo a las escenas planteadas en el tema. La búsqueda de lo disonante se entremezcla con un apartado cálido en el momento en el que recurren a instrumentos más convencionales, creando otro de esos efectos difusos y muy difíciles de encontrar en trabajos que se puedan acercar a la psicodelia más pasada de frenada. Por ello, ‘l.i.v.’, el tema instrumental que cierra el trabajo, viene a aliviarlo todo como si se tratase del despertar de la noche más difusa de tu vida.


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