Lovegaze, el esperado álbum debut de la arpista, cantante y compositora Nailah Hunter, es una exploración cautivadora de temas universales como el amor, la pérdida y la búsqueda de la catarsis. Grabado en una pequeña ciudad costera en el Canal de la Mancha inglés, con la producción de Cicely Goulder en Londres, el disco despliega un paisaje sonoro brumoso y etéreo, en el que resuenan ecos de la música celta, el triphop de Massive Attack y Portishead, el R&B alternativo y el jazz.

La instrumentalización del álbum gravita en torno al arpa céltica, el instrumento con el que Hunter se enamoró durante sus estudios en CalArts. El sonido cristalino y celestial del arpa serpentea sutilmente a través de las canciones, entrelazándose con texturas electrónicas, cuerdas, vientos y las evocadoras armonías vocales apiladas de Hunter. Sus letras enigmáticas, cargadas de imágenes naturales y referencias mitológicas, completan el aura de fantasía etérea.

Temas como 'Strange Delights' y 'Through the Din' exploran tensiones en las relaciones, mientras composiciones instrumentales como la iridiscente 'Cloudbreath' brindan un momento de serena contemplación. En la emotiva 'Adorned', Hunter expresa su dolor por la propensión de la humanidad a destruir la belleza que amamos, mientras que en la hipnótica canción que da título al álbum evoca la dicha de un amor compartido en comunión con la naturaleza.

Aunque Hunter había publicado trabajos previos de corte más ambiental, en los que su arpa ocupaba el centro de atención, Lovegaze demuestra su versatilidad como cantautora y su capacidad para amalgamar géneros. Las exquisitas melodías vocales de corte más pop de temas como 'Finding Mirrors' o 'Into the Sun' se funden armoniosamente con el telón de fondo brumoso tejido por el arpa, los sintetizadores y las cuerdas. Hunter ha afirmado que la intención principal del disco era ofrecer consuelo en tiempos de oscuridad, y hay una sensación de comodidad envolvente en temas como la instrumental 'Cloudbreath'.

El sonido zambullido en bruma del álbum refleja el contexto en el que fue compuesto, en una pequeña bahía inglesa, rodeada de la densa niebla y la naturaleza cambiante que caracterizan la región. En algunos tramos, especialmente en el luminoso estribillo de 'Finding Mirrors' con su base de trap, el puente a sonoridades R&B como Portishead y ciertos guiños jazzísticos, Lovegaze permite vislumbrar otras direcciones que podría tomar Hunter en el futuro. Pero el misterio brumoso sigue siendo la columna vertebral, incluso cuando el arpa se desvanece momentáneamente entre capas de cuerdas y sintetizadores. Pocos álbumes logran mantener un equilibrio tan sutil entre accesibilidad melódica y experimentalismo sonoro, entre ambición artística y consolación emocional.

En Lovegaze Nailah Hunter consigue conjurar todo un universo interior de belleza frágil y resistente. Es una obra que invita a sumergirse en un espacio de ensoñación y autorreflexión, y también un recordatorio conmovedor de todo aquello que aún puede salvarnos: el amor, la conexión con los demás y con la naturaleza. Un luminoso debut que establece a Hunter como una de las voces más fascinantes de la nueva era psicodélica.