Daniel, el nuevo álbum de Real Estate, marca un inesperado resurgimiento para esta veterana banda de indie rock de Nueva Jersey. Grabado en tan solo nueve días en el histórico RCA Studio A de Nashville, el disco cuenta con la producción de Daniel Tashian, conocido por su trabajo con Kacey Musgraves. Si bien la producción no rompe moldes, le insufla nueva vida al sonido característico del grupo.

El álbum destaca por algunas de las canciones más pegadizas y memorables de Real Estate en años. Temas como 'Somebody New' y 'Water Underground' entregan brillantes ganchos pop que se insertan en la mente, dentro de la familiar presentación jangly de la banda. A la vez, hay una mayor voluntad de experimentación sonora, con el country pedal steel de Justin Schipper presente en cinco de las once pistas.

La mayor ventaja de ‘Daniel’ es que muchos de sus temas tienen personalidad propia. Ritmos contagiosos dinamizan ‘Freeze Brain’, mientras que el crujiente cierre con ‘Market Street’ y la etérea balada ‘You Are Here’ también se destacan. Esta última se siente especialmente única, extendiéndose contemplativa más allá de sus cinco minutos. Quizás no represente la faceta más fuerte de Real Estate, pero es intrigante y está bien lograda.

El cambio de locación a Nashville también deja su huella. Hay una influencia country/folk más marcada, con la abierta balada ‘Victoria’ que suena directamente al género. Real Estate demuestra disponibilidad para moverse de su zona de confort y mantener las cosas frescas.

Si bien Daniel no ofrece nada innovador para los fans acérrimos del grupo, inevitablemente nos conduce hacia los días dorados del grupo con discos como Days o Atlas, tiempos que también eran mucho más propicios para el desarrollo esplendoroso de sus canciones. Lo que sí que comparten en común es que en todos estos disco hay poco o ningún relleno. Es un disco alegre y tremendamente disfrutable, que recupera el talento de Real Estate para las melodías y el clima, a la vez que sugiere que no planean languidecer reptitivamente en una zona conocida.

En definitiva, este inesperado retorno a la forma reaviva la llama creativa de una banda que parecía perder combustible tras una seguidilla de trabajos menores. Si bien no alcanza las alturas de sus obras cumbre, demuestra la voluntad de evolucionar y explorar, más que suficiente para valorar su talento perdurable y potencial.