El primer contacto con ‘When Are You Leaving?’ deja una sensación de calma rara, como si el disco hubiera nacido para escucharse despacio, sin distracciones ni pretensiones. Las canciones se deslizan con una claridad que sorprende, no por su grandiosidad, sino porque se entienden desde el primer momento. NoSo utiliza esa sencillez como punto de partida para contar lo que ocurre después de alcanzar un lugar de equilibrio. La obra surge tras una etapa larga de búsqueda personal y está atravesada por la idea de continuar, no como quien huye, sino como quien decide seguir su propio ritmo. Cada tema parece escrito desde la distancia justa para observar los afectos sin rencor. Todo fluye sin necesidad de subrayar emociones, y esa naturalidad se convierte en su lenguaje principal, sostenido por una producción que deja espacio a cada respiración.
En ‘A Believable Boy’ se percibe esa mezcla entre serenidad y duda que atraviesa todo el conjunto. La voz avanza sin dramatismo, describiendo momentos que parecen cotidianos, pero esconden un trasfondo más complejo. El sonido se mantiene limpio, con guitarras suaves y un ritmo que acompaña sin imponerse. Lo que llama la atención es la manera en que NoSo logra hablar de identidad y deseo sin recurrir a grandes frases. Aquí la afirmación personal se siente más como una conversación que como una proclamación. Ese tono íntimo recorre también ‘Sugar’, donde canta “Move like a hiker / Indebted to you now”. La frase, algo desconcertante en papel, cobra sentido al escucharla: habla de ese movimiento entre dependencia y cariño, de la necesidad de soltar a quien se ha cuidado demasiado. Todo sucede con un aire de ligereza que encierra una reflexión profunda sobre el desgaste que provoca sostener a otros.
La historia se amplía en ‘Don’t Hurt Me, I’m Trying’, donde el pulso se vuelve más rápido y la tensión crece. NoSo muestra aquí el cansancio de sentirse observade, de tener que mantenerse firme frente a la indiferencia colectiva. Sin dramatismos, describe la contradicción de quien intenta ser fuerte cuando todo alrededor se muestra distante. La estructura del tema, marcada por guitarras insistentes y coros amplios, refleja ese intento de avanzar sin perder el control. Algo parecido ocurre en ‘DAD MADE TOAST!’, una colaboración con Bartees Strange que combina un ritmo enérgico con una letra que recuerda las fisuras familiares. El título, aparentemente alegre, esconde un relato sobre la distancia entre generaciones, sobre cómo las palabras que se callan terminan acumulándose en silencio.
‘Who Made You This Sweet?’ marca un punto de inflexión. La canción se sostiene casi por completo en la voz y una guitarra que parece flotar. “Made too much noodles / You felt heavy”, dice NoSo, en una imagen sencilla que retrata la torpeza afectiva con una ternura desarmante. Lo que podría sonar trivial se convierte en una confesión sincera sobre la dificultad de cuidar y ser cuidade. En este tramo del disco, la escritura adquiere una transparencia poco habitual: cada frase está pensada para que cualquiera pueda entenderla sin esfuerzo. Esa claridad no elimina la emoción, la amplifica. Lo mismo ocurre en ‘But You Want Him’, donde el deseo se cruza con la inseguridad y la comparación constante. El tono se mantiene contenido, pero el trasfondo es claro: la frustración de sentirse invisible en un entorno que sigue midiendo el valor a partir de estereotipos ajenos.
‘My Fault My Fault’ y ‘Nara’ funcionan como dos miradas complementarias. La primera asume la responsabilidad de los errores sin convertirla en drama; la segunda introduce el uso del coreano y plantea la conexión con las raíces como una forma de reparación. Cantar en su lengua familiar no es una pose, sino un gesto de acercamiento a aquello que el tiempo había dejado en pausa. En ‘Nara’, la voz suena más cercana que nunca, como si NoSo hablara directamente a quienes comparten esa sensación de pertenecer a dos lugares a la vez. La canción reflexiona sobre la masculinidad sin rigidez, con una mezcla de curiosidad y duda que la hace especialmente honesta. Esa capacidad para convertir la incertidumbre en relato es uno de los mayores aciertos del álbum.
El cierre con ‘Let It Die’ resume el sentido del recorrido. NoSo canta con calma, sin buscar épica, mientras los sintetizadores se diluyen poco a poco. Lo que queda es la sensación de haber asistido a una despedida serena, una forma de decir adiós a lo que ya no pesa. Cada detalle sonoro contribuye a esa sensación de liberación: las capas de voz, los acordes suspendidos y la progresión lenta refuerzan la idea de dejar ir sin mirar atrás. El conjunto no se construye sobre el impacto, sino sobre la coherencia. Todo encaja con discreción, como si el objetivo fuera acompañar al oyente en su propio proceso más que impresionar.
El aspecto más interesante de ‘When Are You Leaving?’ está en cómo NoSo logra combinar lo personal con una observación social sutil. Sus letras reflejan la presión que recae sobre quienes deben justificar su identidad, pero lo hacen sin victimismo. Cada canción muestra las tensiones entre el reconocimiento y la invisibilidad, entre la aceptación y la distancia. En lugar de proponer soluciones, el disco plantea convivencia con esas contradicciones, dejando claro que el bienestar puede tener matices. Las referencias a su origen coreano, a la transición y a los vínculos rotos no buscan explicar, sino compartir la mirada de alguien que se ha acostumbrado a existir en varios planos a la vez. Esa multiplicidad le da profundidad y naturalidad al relato, sin artificios ni frases grandilocuentes.
Escuchar este trabajo de principio a fin es como recorrer un cuaderno donde se anotan pensamientos sin censura. Todo está medido, pero nunca suena forzado. La voz se mueve entre la serenidad y la duda con una suavidad que invita a la empatía. Los arreglos crean un entorno cálido que refuerza la cercanía de las palabras. ‘When Are You Leaving?’ funciona como una conversación sobre lo cotidiano y sobre cómo aprender a vivir con lo que se ha sido. NoSo construye un espacio donde el crecimiento no implica ruptura, sino comprensión. En esa mezcla de calma y sinceridad se encuentra el valor de este proyecto, que convierte lo íntimo en algo compartido y tangible.
Conclusión
La nueva obra de NoSo captura la intimidad de quien aprende a convivir con su propio reflejo, construyendo un relato de aceptación que evita el dramatismo y transforma la quietud en pensamiento.



 
				 
				 
				 
				