De la mano de Discos Humeantes nos llega Tres, el segundo LP de los alicantinos Morenas. Continuando la senda de sonidos punk recubiertos por esa capa propia de Lo-Fi oscuro que anticipa tinieblas, Morenas siguen mostrando al mundo todo lo que pueden dar de sí sin recurrir a mayores elementos que sus guitarras y batería. Aquí todo vuelve a sonar muy crudo, un componente imprescindible en una propuesta que cala profundo en la parte más reveladora de nuestro subconsciente. Y es que ante todo, este es nuevo trabajo destaca por unos desarrollos más complejos de los temas, sin dejar para nada de lado ese poder magnético y algo siniestro que consiguen sacar del sonido de sus guitarras. Si con el último trabajo de sus compañeros de sello Futuro Terror, decíamos que suponía el momento perfecto para introducirse en la noche, esta nueva entrega de Morenas viene a ser como todos esos movimientos precisos que observas a altas horas de la mañana. La trama visceral de los temas deja al descubierto una estructura medida que apuesta por las melodías que podríamos calificarlas de malévolamente eufóricas.

Tan solo tenemos que escuchar la inicial ‘Centinela’ para darnos cuenta de lo engrasada que está la máquina. Sonando punzantes pero al mismo tiempo arrollando, logran un impacto bestial dentro del dinamismo más sucio de grupos como The Soft Boys. La sensación de haber encontrado el equilibro perfecto entre las guitarras a todo trapo y unas voces profundas que quieren gritar al mundo todo lo malo que hay en él. ‘Corona de Sal’ recoge prácticamente todos los elementos del disco: el enfado permanente en los temas, las guitarras que no sabes cuándo van a acabar de explosionar y unos cambios de ritmo que funcionan como poner una marcha más a tu ritmo de vida. Adentrándonos más en todo lo inquietante que nos dejó el post-punk mancuniano, ‘Camisa de Hormigas’ se mueve en unos registros de un hipnotismo de consecuencias fatídicas. El riff que recorre prácticamente todo el tema tiene el efecto del sudor frío que sufrimos cuando estamos profundamente desconcertados.

Adentrándonos cada vez más en el ecuador del trabajo, ‘Los Ojos en Blanco’ se muestra como el tema con claras obviedades a ser el gran single. Voces algo más limpias, un ruido turbador de fondo y el punto preciso para iniciar la revolución hacia lo oscuro. Siguiendo por caminos de punteos electrizantes, la sangre parece que se envenena aún más con ‘El mar Ardiendo’, para definitivamente llegar a la máxima cima de la lucidez nocturna en ‘Un Albatros’. La sensación de estar en un viaje donde el ritmo no ha decelerado en ningún momento sino que sigue apretándonos más y más. ‘Desembocadura’ quizás rebaja un poco las tensiones por mostrarse algo más lineal que sus temas compañeros. Eso sí, aquí se compensa con una actitud vocal aún más encendida. Para ir rematando el trabajo, llega un nuevo molinillo capaz de acentuar el agujero negro. En ‘El Jaulas’ el grupo recurre ya a ese caballo desbocado presente en muchas de las canciones de Mission of Burma. Cerrando el trabajo, ‘Tres Creyentes’ es la desconexión circuital con lo anteriormente establecido, eso sí, dejando muchas huellas de forma inevitable.